En Marruecos, las ensaladas son el entrante y acompañan carnes y pescados, como en España, la diferencia principal es que no se sirven platos para los que se necesite cuchillo, la cuchara es el único cubierto necesario en la mesa tradicional marroquí. Muchas de las ensaladas marroquíes se cocinan, de hecho, algunas llevan preparaciones de varias horas y se sirven a trozos muy pequeños o ralladas para que se puedan comer con cuchara.

El centro comercial, por excelencia, del marroquí es el Zoco, en los Zocos encuentra todo lo que necesita. Y los campesinos marroquíes al mismo tiempo que compran, ofrecen sus productos por lo que siempre hay gran cantidad de hortalizas frescas donde elegir, incluidas las remolachas lógicamente.

La remolacha debería ser un alimento indispensable, además de ser una fuente estupenda de vitamina C, su elevado contenido en ácido fólico, B9, y de su gran riqueza en flavonoides, por cada 100 gramos de remolacha encontramos 0,8 mg. de hierro.

Los limones frescos se utilizan para preparar o aderezar ensaladas, estimula el apetito y sirve para complementar otros platos y tajines. Es ideal para acompañar el pescado, o como refrescante contraste de un tayin que lleve fruta.

Receta:

Desechamos el rabo y las hojas de las remolachas y las lavamos con agua fría.

Las ponemos en una cazuela llena de agua, tapamos y dejamos hervir durante una hora a fuego medio.

Mientras, lavamos los limones y los exprimimos. Reservamos el zumo.

Cuando ya están cocidas las escurrimos y volvemos a lavarlas con agua fría.

En una ensaladera, las rallamos muy bien con un rallador de queso.

Agregamos el zumo de los limones, el agua de azahar y el azúcar. Mezclamos muy bien todos los ingredientes.

Dejamos enfriar en la nevera entre 10 ó 15 minutos como mínimo.

Servimos fría. Podemos decorar con limón si lo deseamos.