Una de las características de la gastronomía andalusí fue la introducción de nuevas especies y la utilización de innumerables verduras, siendo las berenjenas, las alcachofas y la coliflor, de las más populares. En al-Andalus, eran muy diversos los platos combinados con verduras, como la coliflor, que daba al plato el nombre de al-qambitiya; al combinado con col se denominaba al-krnubiya; y al que se elaboraba con nabos se le llamaba al-laftiya. (Dr. Ahmed Tahiri. «LAS CLASES POPULARES EN AL-ANDALUS». Editorial Sarriá).

Cuando compremos coliflor, buscaremos cabezas firmes y blancas, sin manchas amarillas o marrones en la superficie. La coliflor sana aporta un alto valor diario de vitamina C que ofrece en una sola porción: un impresionante 77%. También es una buena fuente de vitamina K, proteína, tiamina, riboflavina, niacina, magnesio y fósforo, y es una muy buena fuente de fibra, vitamina B6, ácido fólico, ácido pantoténico, 303 miligramos de potasio, y manganeso. Y contiene numerosos fitonutrientes, como indol-3-carbinol y el sulforafano que podrían ayudar a prevenir el cáncer de próstata, ovarios, y cervica.

La que aquí reproducimos es nuestra receta halal de sabor andalusí de la que también tenemos una variante vegana que sustituye la leche de vaca por leche de almendras. Es muy sencilla y rápida de preparar. Esperamos que os guste.

Receta:

Colocamos la coliflor de cabeza en un recipiente grande de agua salada fría durante 15 minutos para asegurarnos de que ha eliminado todos los insectos o pesticidas dañinos.

Mientras lavamos el jengibre.

Lavamos el limón, lo secamos y exprimimos ½ limón. Reservamos el zumo de limón obtenido.

Pelamos y lavamos la cebolla. La picamos y la reservamos tapada.

Pasados los 15 o 20 minutos, enjuagamos y lavamos bien la coliflor. La secamos con un paño limpio.

Separamos la parte de la flor de los troncos. Reservamos la flor.

El tronco lo partimos en dos o tres trozos.

En una cazuela de acero inoxidable, ponemos los 750 ml de agua, los troncos de la coliflor, el jengibre y sal. Llevamos a ebullición.

Dejamos cocer hasta obtener medio litro de caldo aproximadamente. Sacamos del fuego, reservamos y le añadimos el zumo de medio limón.

Mientras, en otra cacerola, doramos la cebolla picada con un poco de aceite de oliva (solo el necesario para dorar sin que sobre aceite, es más sano y sabroso añadir después el aceite en crudo al montar la crema), y cuando tome color añadimos las flores de la coliflor troceadas, la pimienta recién molida, el comino recién molido y la nuez moscada.

Mezclamos todo y le damos un par de vueltas para que las especias desprendan sus sabores y aromas.

Cubrimos con el caldo de coliflor, jengibre y limón; más el vaso de leche. Añadimos la canela y la sal.

Dejamos que cueza a fuego suave unos 30 ó 40 minutos y lo pasamos por la batidora subiéndola de vez en cuando para que coja aire y se esponje, añadimos unos chorritos de aceite de oliva virgen, poco a poco para que emulsione. Conseguiremos una crema suave y esponjosa pero con cuerpo.

Antes de servir rectificamos de sal y pimienta y añadimos por encima de la sopa en cada plato o bol, un poco de aceite y un poco de comino. Acompañamos con los troncos de coliflor cortados en dados, salpimentados y coronados con romero y tomillo.