En Al-Andalus se realizaba el plato a base de pan, aceite, ajo y vinagre. El ajoblanco está considerado el gazpacho primigenio. La posterior llegada del tomate desde América daría forma al gazpacho que hoy conocemos. Por su color sin duda nos remite también a la rica mazamorra cordobesa, otra popular sopa fría andaluza.

En la actualidad el ajoblanco es una sopa fría tradicional de Axarquía y la más famosa de Málaga y de toda la Costa del Sol, incluso se hacen fiestas en su honor. Muy típico es acompañarlo de uva moscatel de la zona.

Este saludable plato no deja indiferente a nadie con la mezcla del dulzor de la uva y lo amargo de la almendra, su ingrediente principal. Resulta muy refrescante y fácil de hacer.

Los beneficios del ajo crudo son enormes y la almendra es otro tesoro nutricional. El estudio Predimer (prevención con dieta mediterránea) ha demostrado que consumir un puñado de frutos secos (30 g) al día reduce el riesgo cardiovascular como los infartos o los ictus. Con frutos secos nos referimos a almendras, nueces o avellanas sin sal, sin azúcar ni aditivos.

Hay zonas donde se sirve muy espesa y se unta en pan. La que aquí reproducimos es la receta de Marta Latifa Escudero Uribe, pero como ocurre con todas las recetas tradicionales, los ingredientes variarán y van un poco  según vuestros gustos personales, se puede hacer con uva blanca, uva negra, daditos de manzana, o combinaciones de ambos.

Fuente de la receta:  VerIslam

Receta:

Trituramos todos los ingredientes hasta conseguir una pasta fina del aspecto de mayonesa.

Añadimos el agua, rectificamos de sal y vinagre.

Justo antes de servir añadimos bastantes cubitos de hielo, las uvas peladas y/o daditos de manzana.