
Xarq al-Andalus
Millares andalusí
Millares
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Antiguo molino
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El Clot
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Millares
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Millares
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Pasadizo andalusí
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Millares
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Acequia del Nacimiento
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Acequia del Hinchidor
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Balsa de riego
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Acequia de riego
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Acequia morisca
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Castillo de Millares
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Cavas
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Cavas
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Corraliquio l' Antón
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Corraliquio l' Antón
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Lienzo de muralla
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El Castillet, Millares
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El Castillet, Millares
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El Castillet, Millares
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Castillo árabe de Millares
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Parajes de Millares
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Fuente de Al-Azraq
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Fuente de Al-Azraq
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Millares
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Calzada morica Millares
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Millares
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Morisquillos de Millares
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Liber Licentiarum
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Piedra Seca
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Morisca con hijo
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Resistencia morisca
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Moriscas saltando al vacío con sus bebes en brazos.
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Millares
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Millares
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Bancales moriscos
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Bancales moriscos
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Bancal morisco
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Barranco
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Millares
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Gazpacho
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Especies cinegéticas
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Xarq al-Ándalus, Sharq al-Ándalus, o Šarq al-Ándalus (en árabe شرق الاندلس): Tierras orientales de al-Ándalus, que geográficamente incluía, aproximadamente, los territorios comprendidos entre el cabo de Gata en Almería y la Marca Superior o Frontera Superior, que varió con el tiempo hasta quedar primero a la altura del río Cardener y la Conca de Tremp, y después hasta la cuenca del Ebro; incluía, además, las islas Baleares y Pitiusas.
Según el historiador y filólogo Abel Soler, el 45% de los pueblos valencianos tienen origen en la época de Al-Ándalus.
Artículo de Amparo Sánchez Rosell.
MILLARES ANDALUSÍ (Millás en algunas fuentes de la Edad Media).
EL PUEBLO:
Documentado como «Milar» /mi ilarár/ (1238). Del latín vulgar «miliare», «plantación de molino», arabizado *Mily ār. Los jardines escalonados estarían llenos de molino, con el que los feudales lo interpretan para Millar (1259) o Millars (1407). Aran de la expulsión de los moros (1609) y la repoblación con Aragón, Navarra y Vasca, se convertirá en «Millares». (Fuente: Historiador medievalista Abel Soler 2023).
Millares es una zona cargada de historia con asentamientos humanos muy anteriores a la Edad Media, sin embargo, si tenemos en cuenta que según las fuentes y el escrito de C. Pérez-Olagüe, Millares contaba con cinco fortalezas islámicas andalusíes y dos torres de defensa y vigía, el trazado de sus calles y su sistema hidráulico, concluiremos que existen muchas posibilidades de que el actual pueblo de Millares fuera fundado por los hispanomusulmanes, y que por lo tanto es de origen andalusí.
Tres de las citadas fortalezas islámicas están en la misma población: El Castillo Viejo, el Corraliquio l’Antón y el Castillet, la cuarta, el Castillo de Cavas, junto al despoblado morisco del mismo nombre, se encuentra un poco más alejada, pero dentro del término municipal de Millares. De la quinta fortaleza que citan las fuentes, su localización exacta no ha podido ser verificada, igualmente, se desconoce el emplazamiento de las dos torres de defensa y vigía.
Existen evidencias, arqueológicas y documentales, de que Millares era una importante población de Xarq al-Ándalus durante la época musulmana. Por su ubicación geográfica también fue pueblo frontera entre Taifas; Y entre reinos cristianos y reinos musulmanes.
Tres de sus cuatro fortalezas islámicas andalusíes están en la misma población: El Castillo Viejo, el Corraliquio l’Antón y el Castillet. La cuarta, el Castillo de Cavas, junto al despoblado morisco del mismo nombre, se encuentra un poco más alejada, pero dentro del término municipal de Millares.
Además, se tiene referencia de que al menos hay otra fortaleza cuya localización exacta no ha podido ser verificada, y dos torres de defensa y vigía de las que, igualmente, se desconoce el emplazamiento aunque están citadas por las fuentes. (UPV Sandra Barbera)
Sus calles, de traza moruna, trepan serpenteantes por un bello montículo de la Muela de Cortes junto al río Júcar; son calles formadas por casas blanquísimas encaladas con amor, calles perfumadas con los aromas propios de las montañas, los huertos, las plantas y las flores; calles quebradas llenas de color y vida, de paz arrullada por el agua cantarina que llega del Nacimiento a través de la acequia del Hinchidor. Porque al igual que en otros pueblos de origen andalusí, el agua se convierte en protagonista, no solo del verdor de bancales, huertos y jardines, sino también, del trazado urbano.
Recorriendo las calles de Millares podemos saborear retazos históricos de su pasado andalusí y morisco: el lienzo de muralla islámica medieval ubicado en la calle del Castillet, cuya imagen tenemos a la derecha; algunas calzadas y casas moriscas; y el estrecho pasadizo que hay junto a la antigua mezquita (Madoz), ahora iglesia. Es un estrecho callejón que se cierra al paso ante lo que era la mezquita, de él podemos ver algunas imágenes en el vídeo de la izquierda.
Próximo a la salida del pueblo en dirección a la antigua necrópolis islámica andalusí, encontramos la zona y la calle llamada La Puerta Molana, topónimo de origen árabe andalusí «مولانا» «Mawlana o mawlânâ» que significa literalmente «Nuestro Señor» o también «Nuestro Maestro», principalmente se utilizaba para nombrar a Dios, pero también para reyes o señores y para eruditos o maestros musulmanes.
El cementerio islámico andalusí está en el antiguo Cuartel de la Guardia Civil, ahora albergue municipal, ocupa una gran extensión, y según publica Arq&Volta Patrimoni i Societat: «ha sido fácil excavar un poco y obtener restos que nos aportan información, no solo sobre los ritos funerarios, sino de los mismos pobladores»
En la memoria oral encontramos molinos a los que se les llama «el Molino de los Moros» posiblemente andalusí pero no se ha datado ni se han hecho excavaciones; cimas con el nombre de «Peña La Mora» muy próxima a la fortaleza islámica andalusí conocida como Corraliquio l’Antón y vinculada a la leyenda de «El Tollo la Teta». Y claro, leyendas, que dicen que los castillos de Millares se comunicaban entre sí; leyendas que hablan de castillos árabes y princesas o mujeres «moras» como la leyenda de » El Tollo la Teta» o la de «Cavas».
Aparte del Júcar, recorren el término infinidad de torrenteras, ramblas y barrancos entre los que se encuentra el del Nacimiento; este barranco con sus numerosas fuentes provee a Millares de agua fresca y cristalina durante todo el año.
SISTEMA HIDRÁULICO DE ORIGEN ANDALUSÍ.
El agua es de suma importancia en Millares, de hecho, uno de los testimonios más antiguos y seguros de su origen arabo-andalusí lo encontramos en el sistema hidráulico que riega los terrenos próximos al pueblo.
La mayoría de los millarencos andalusíes eran agricultores y habían sabido sacar partido a las tierras mediante un sistema de riego complejo y minucioso fundamentado en balsas, acequias, azudes (azud en singular), partidores de agua, norias… Una verdadera obra de ingeniería para repartir el agua del río, de los barrancos, nacimientos y fuentes.
Partiendo de las siete acequias principales: la del Hinchidor (también llamada Acequia del Nacimiento), Altay de las Sombrías, la Baja, la del Llano y la Solana, las Donas, la del Clot-Balseta y las Forquetas, se desarrolla un complejo sistema hidráulico montano andalusí, toda una cultura en torno al agua que dan vida y fertilidad a estrechos bancales sobre empinadas laderas, bancales y huertos que durante siglos han sido la base y el sustento de sus habitantes.
Efectivamente, en el patrimonio de Millares el agua tiene un papel primordial, por ello han recuperado su red de acequias y han conseguido que sean funcionales y que, al mismo tiempo, conserven su estructura original. Son muy buenas noticias para la sostenibilidad económica de Millares, para la conservación del patrimonio, para los ecologistas, para los aficionados al senderismo o a los saludables paseos por parajes naturales que no entrañen demasiada dificultad y para los amantes de la historia.
El sistema hidráulico montano de Millares, al igual que otros del Xúquer abastecidos por una rambla, pequeños ríos o algún manantial, ha llegado incólume hasta la actualidad. Regadíos a partir de fuentes, galerías drenantes (qanats) o pequeños azudes que provienen de época musulmana. Naturalmente, muchos aprovechamientos son de época posterior, pero la introducción de técnicas como el qanat, el profuso aterrazamiento irrigado y el intenso aprovechamiento de los recursos hídricos provienen del período islámico.
Además de las redes de regadío y de los paisajes resultantes, el legado, patrimonio y la acción histórica musulmana se manifiesta también en la gestión de los usos del agua y en la toponimia relacionada con los usos hídricos. Las Comunidades de Regantes que desde tiempo inmemorial se organizaron de forma consuetudinaria en cada sistema de riego valenciano estaban basadas en la gestión heredada de la época musulmana. (ESTEPA 2011). Millares también es poseedor de ese legado cultural de gestión del agua a través de la comunidad de regantes.
A pesar de las modificaciones posteriores, todavía hoy podemos disfrutar de la esencia de esa cultura andalusí del agua y admirar, acequias, azudes, pequeños saltos de agua y viaductos si paseamos, por ejemplo, siguiendo la Acequia del Nacimiento, también conocida como la acequia del Hinchidor. Su camino se inicia en el Nacimiento, en las entrañas de las montañas donde nace el agua, y discurre hasta la plaza del Hinchidor donde se encuentra la fuente del mismo nombre, el abrevadero y la antigua balsa o balsón que servía de depósito de agua para Millares. Actualmente la balsa ya no está a la vista, porque la cubrieron hace años convirtiéndola en una especie de enorme cisterna subterránea.
En abril de 2018, el Ayuntamiento de Millares ha emprendido otra iniciativa para poner en valor su sistema hidráulico y su red de acequias, consistente en diseñar un mapa con todos los canales y un estudio del sistema de riego.
FORTALEZAS ISLÁMICAS ANDALUSÍES DE MILLARES
Millares se encuentra situado en una zona de gran importancia estratégica durante el periodo andalusí y el de la posterior conquista cristiana, el Júcar era el río frontera entre las taifas de Valencia y Xátiva, y como está muy próximo a Castilla, posteriormente, en el siglo XIII, también fue la frontera entre reinos cristianos y musulmanes. Por todo ello, el tramo medio del río Júcar, o Xúquer, es una de las zonas con mayor densidad de fortalezas islámicas del este peninsular.
Según las fuentes y el escrito de C. Pérez-Olagüe, en el actual término de Millares existen noticias de, al menos, cinco castillos o recintos fortificados más dos torres defensivas y de vigilancia, si bien se han conseguido identificar cuatro, de la quinta fortaleza y las dos torres no se ha podido verificar su localización exacta, por lo que se desconoce el emplazamiento.
Actualmente, en Millares hay localizadas 4 fortalezas islámicas andalusíes asentadas sobre lugares especialmente elegidos por sus condiciones geográficas y estratégicas, obteniéndose como resultado construcciones de planta irregular que se adaptan a la orografía del terreno.
1.- La más alejada es el Castillo de Cavas, junto al despoblado morisco del mismo nombre en el antiguo camino de Millares a la aldea del Otonel, a unos 5 kilómetros de Millares por la carretera que va a Cortes de Pallás (mucho menos en línea recta). Esta fortaleza islámica medieval, también es llamada, por las variantes del término Cavas, Castillo de Caves, Cabas o Cobos. Los naturales de Millares llaman este castillo la silla por la forma de sus restos que se recortan sobre un peñón montañoso que domina el cauce del Júcar.
Según el propio ayuntamiento de Millares: «Cavas es una píldora de Historia concentrada. 1000 años en lo que nos cuesta llegar del despoblado morisco, con la balsa de agua fresca y cristalina y el castillo que controlaba el paso del río».
El recinto fue tristemente dañado al ser atravesado por la carretera que va a Cortes de Pallás. Sus restos fueron clasificados como bien de interés cultural con número ministerial R-I-51-0010789 de fecha 3 de junio de 2002.
A destacar su atalaya mayor, la Torre del Homenaje, todavía en pie sobre su espectacular emplazamiento, colgado al vacío sobre un promontorio rocoso en uno de los puntos más elevados de la zona desde conde se divisa hasta la población de Dos Aguas y el profundo cañón del río Júcar en su recorrido de Dos Aguas a Millares.
De planta rectangular, murallas almenadas, fábrica de mampostería y sillarejo, también encontramos restos del recinto amurallado, lienzos de muralla almenados y construcciones auxiliares.
El estudio de Javier Hidalgo Mora e Ignacio Matoses Ortells lo clasifica en la categoría de «burd» torre de vigilancia y control con un reducido espacio de recinto amurallado, que les hace suponer que cumplía exclusivamente una función de vigilancia del río y de las vías de comunicación que quedaban bajo su dominio visual.
2.- El Corraliquio l’Antón es la más antigua y quedan pocos restos entre los que destaca parte de lo que debió ser la única torre de envergadura de la misma así como un buen tramo de lienzos de murallas en la zona más inaccesible de su asentamiento, restos de un aljibe y de lo que debieron de ser almacenes para cosechas y granos. Se encuentra situada a espaldas de la población, un lugar privilegiado para protegerla, en lo alto del cerro que domina Millares. Esta fortaleza está bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Según el estudio realizado por Javier Hidalgo Mora e Ignacio Matoses Ortells y publicado en «Arquitectura Islámica defensiva en el curso medio del Júcar», este Castillo correspondería a los husun islámicos, Ḥiṣn (transliteración de la palabra árabe حصن) o de tipo albacar, de mayor entidad y dimensión, construidos en espacios abiertos simples o con construcciones muy sencillas de carácter funcional para el almacén de provisiones, como silos de grano o aljibes para acumulación de agua y que también servían de refugio a la población en caso de ataque enemigo.
Cuando se acercaban tropas enemigas, los habitantes de las alquerías más próximas corrían a refugiarse a los husun y llevaban con ellos al ganado y todo lo que podían transportar hasta la fortificación.
3.- El castillo Viejo. Integrado en el interior de la población. En el núcleo urbano más antiguo de Millares, junto a los locales de La Sociedad, se encuentran restos de lo que debieron ser elementos auxiliares al complejo defensivo de la población. Son de los restos del grupo de edificaciones y otros elementos auxiliares que se identifican con el antiguo Castillo o Palacio del señor de la villa. Se encuentra bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Este castillo fue modificado por los conquistadores cristianos, y si bien sus restos han sido ocultados por la construcción de viviendas, se sabe que existían dos torres de defensa y vigía, pero aún no se han localizado sus restos.
Al estar integrado en el entramado urbano, de él solo podemos admirar algunos lienzos de la muralla, como por ejemplo, el tramo de lienzo de mampostería, piedra con argamasa, sobre el que se alza un tramo, el superior, de tapial, al estilo tradicional de construcción andalusí. Está en la calle del Castillet, se trata de un pequeño fragmento que conserva unos metros de altura desde la roca madre, ahora visible al rebajarse ésta para construir la calle moderna.
El Castillet. Castillo árabe andalusí de Millares (Valencia)
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4.- Y el Castillo de Millares conocido como El Castillet, también denominado «Castillo de Abajo» por estar a los pies de la población. Asentado en un montículo rocoso, se alza altivo y omnipresente sobre la huerta de Millares y el barranco del nacimiento. Si accedemos por el pequeño puente de madera habilitado a tal fin, encontraremos, primero, las paredes de tapial en “taibiya” islámica de la torre y el patio albacar, seguido de diversos elementos que se reparten por el espolón rocoso donde se encuentra su parte principal. Conserva el perímetro amurallado íntegro, la torre principal en pie y todavía son visibles abundantes restos en forma de lienzos y torres.
Es la fortaleza más importante de Millares y la mejor conservada. Está considerada dentro de la categoría de hins o fortalezas de tipo albacar, de mayor entidad y dimensión. Se alza sobre una roca maciza, en la vertiente opuesta del barranco del Nacimiento, a los pies de la población. Dominando el cauce del Xúquer (Júcar). Este río está jalonado por una larga lista de castillos, torres y fortalezas islámicas andalusíes, es: “una de las áreas con mayor densidad de fortificaciones de la región oriental de Al-Andalus (Sharq Al-Andalus)” (Hidalgo y Matoses 2012). Está catalogado como Bien de interés cultural con número de anotación ministerial: R-I-51-0010800, y fecha de anotación tres de junio de 2002.
Según el estudio realizado por Javier Hidalgo Mora e Ignacio Matoses Ortells, antes citado, a partir del siglo XIII, tras la conquista cristiana, la fortaleza pierde su relevancia y deja de cumplir la función defensiva, y aunque se ordenaron obras de reparación, debido a lo costoso de su mantenimiento es abandonada definitivamente y sin que mediara ninguna orden previa de destrucción, se convirtió en ruinas.
Durante el proceso de excavación arqueológica realizado en el «Castillet» durante el verano de 2014, recuperaron materiales del período islámico: restos de cerámica de cocina, principalmente la característica “olleta valenciana”; cerámicas de vidriado verde del período almohade, con abundancia de cerámica de mesa, especialmente ataifores de vidriados monocromos verdes y melados, lo que sugiere que el Castillo era habitado de forma permanente. Información de la que disfrutamos gracias al trabajo admirable, necesario y esperemos que continuado de los arqueólogos y colaboradores que participaron en el proyecto. Veamos un fragmento de sus conclusiones: «los restos materiales recuperados nos acercan a una población permanente en la fortaleza, cuya función, a raíz de la intervención, se diluye. Ya no es tan obvia la función meramente defensiva del territorio, un castillo de frontera en la red de fortalezas que jalonan el Júcar, sino que se abre la posibilidad, a la vista de las estructuras internas recuperadas y del lugar que ocupa la construcción en el paisaje, que se tratase de un almacén, un granero, fortificado; hipótesis que habrá que verificar.
El objetivo último es la puesta en valor de este Bien de Interés Cultural y su introducción de manera decidida en el circuito cultural del pueblo de Millares. En primer lugar, sus vecinos han de ser conocedores del valor patrimonial de esas paredes que, desde una posición privilegiada, les observan calladas. «La historia del Castillet es también la historia de Millares y ha de ser investigada, aprendida y transmitida.» (T. Martínez y X. Martorell 2016).
MILLARES. ENCLAVE MORISCO

MILLARES SE SUMA A LA REVUELTA MUDÉJAR:
No podemos abordar la información sobre el Millares morisco sin antes explicar brevemente los sucesos que lo precedieron y dieron lugar al desenlace final. Fue en dos de los muchos parajes naturales de Millares donde acontecieron hechos históricos que pusieron fin al periodo andalusí valenciano: El «Llano las Contiendas», donde acaeció la última batalla de la conquista cristiana de Valencia; Y el barranco «La Sepultura», el lugar donde se enterraron los cuerpos de los musulmanes muertos en la última batalla.
Otra prueba de que Millares era una población importante en tiempos de al-Andalus, y de que se trataba de una zona de considerable población en época musulmana, es que en 1252 tributó a la corona aragonesa con 200 besantes, es decir, tan solo un año después de ser conquistada por las tropas de Jaime I en 1251 (Hidalgo 2010).
Tras las conquistas «cristianas», los hispanomusulmanes soportaron una cadena de calamidades, fueron sometidos a través de unas “capitulaciones” y tuvieron que abandonar las ciudades importantes y las tierras más prósperas. Los hispanomusulmanes bajo dominio cristiano fueron denominados mudéjares.
En el siglo XV y principios del XVI aquel universo urbano y rural andalusí de aljamas se vio presionado por unas fuertes medidas uniformizadoras por parte cristiana. Ello condujo a los alzamientos mudéjares y al posterior desenlace morisco.
El señor mudéjar más famoso del siglo XIII fue Mohammad Abu Abdallah Ben Hudzäil al Sähuir, Al Azraq. Para Julián Ribera, el nombre de al-Azraq se trataría de un apodo, el Azul o el de los ojos Azules. Con su sobrenombre de Al-Azraq, ha pasado a la historia como el gran Caudillo musulmán que se reveló debido a los continuos abusos contra la población musulmana y el incumplimiento de los acuerdos de los monarcas. Los millarencos se sumaron a la revuelta mudéjar capitaneada por Al-Azraq.
La condición de los mudéjares sigue deteriorándose progresivamente hasta que son obligados a bautizarse y a renunciar a su fe. A los mudéjares valencianos les llega su final en 1525-26, en que, por edicto de Carlos V, la conversión forzosa al cristianismo de los mudéjares de Aragón y Valencia, supone que todos los compatriotas con antecedentes musulmanes pasen a ser denominados «moriscos» y considerados ciudadanos de segunda, se les usurpan posesiones y derechos, y, desde ese momento son objeto de persecución y acoso, principalmente por parte de la Inquisición.
Pedro de Valencia (1555-1620), en su «Tratado acerca de los moriscos de España» explica: «el agravio que se les hace (a los moriscos) en privarlos de sus tierras y en no tratarlos con igualdad de honra y estimación con los demás ciudadanos y naturales». Y fray Luis de León denuncia: «generaciones de afrenta que nunca se acaba».
Los escritos aljamiados son sin duda ninguna los testimonios más fieles y más representativos que los moriscos españoles dejaron a la posteridad para dar testimonio, tanto de sus creencias como de algunos aspectos de su situación sociopolítica. El reciente descubrimiento de 168 poemas de moriscos valencianos del siglo XVI desmiente que fueran una minoría que había perdido su cultura árabe. Carmen Barceló y Ana Labarta, catedráticas del área de Estudios Árabes e Islámicos de la Universitat de València, han descubierto, traducido y editado 168 poemas en árabe dialectal compuestos por moriscos valencianos durante el siglo XVI. El hallazgo, formado por composiciones que requisó la Inquisición, confirma que los moriscos creaban, versificaban y componían en su lengua sobre leyendas, amor, religión y hechos contemporáneos, y que el árabe era una lengua de cultura en el momento.
LOS MORISCOS DE MILLARES
La mayoría de los habitantes de Millares eran moriscos, principalmente agricultores, y ganaderos en menor medida. La agricultura era el recurso que levantaba al pueblo, que, junto a los molinos harineros, y la apicultura eran los factores que movían la economía de Millares. En 1563 los moriscos de Millares poseían 53 casas, y, 80 casas en 1609, año que fue decretada su expulsión.
Fuera de casa los moriscos millarencos eran bilingües o trilingües porque en sus frecuentes viajes a otras localidades se debían relacionar con sus clientes, o señores, o funcionarios en idioma valenciano, castellano y árabe. Las mujeres, al contrario, no solían moverse fuera de la localidad por lo que no se relacionaban en otra lengua que la comunitaria de sus vecinos, hablaban árabe o algarabía.
Al igual que los moriscos, los campesinos cristianos vestían zaragüelles y blusones, por lo tanto, la indumentaria de los moriscos de Millares era la misma que la del resto de campesinos, moriscos o no. Sin embargo, existían ciertas diferencias en la indumentaria femenina con respecto de las mujeres cristianas. Ellas eran las transmisoras de la lengua y la cultura morisca porque eran las que tenían a los niños en los años en que aprenden a hablar.
Gracias al magnífico trabajo de nuestro querido amigo Enrique Pérez Cañamares, Doctor en Geografía e Historia, Doctor en Antropología, Investigador y Conservador de Museos; en la base de datos del Centro de Estudios Moriscos del Mediterráneo, encontramos censados y documentados 76 moriscos de Millares, su estado civil y su oficio. La fuente principal de la que proviene la información de los moriscos de Millares, es el Liber Licentiarum de los Archivos Diocesanos de Valencia.
Los moriscos fueron perseguidos, despojados de sus posesiones, y procesados con las más diversas excusas. Lógicamente, los moriscos de Millares no fueron una excepción. Vemos un ejemplo de moriscos de Millares que sufrieron esos procesos:
Abrahim, morisco de Millares 1586 (Enrique Pérez Cañamares).
Ahmet, morisco de Millares 1586 (Enrique Pérez Cañamares)
Andreu Sohot, morisco, probablemente de Millares 1586 (Enrique Pérez Cañamares)
Francesc Verdancha, morisco de Millares 1609 (Enrique Pérez Cañamares)
Estas injusticias culminaron con los terribles decretos de expulsión que ocasionaron el espectáculo de decenas de millares de mujeres y hombres bautizados a quienes se separaba de sus hijos mientras imploraban misericordia a Dios y al rey y proclamaban en vano su voluntad de permanecer en su patria.
La expulsión de los moriscos fue ordenada por el rey Felipe III y llevada a cabo de forma escalonada con diferentes edictos entre 1609 y 1613. Fue un largo y complejo proceso cuyo primer paso fue la deportación de los valencianos. El Virrey de Valencia, marqués de Caracena, firmaba el 22 de septiembre de 1609 el decreto. Su elaboración había sido trabajosa y exigido numerosas reuniones secretas en la Corte y en Valencia. En sus escasas cuatro páginas se recogen múltiples cuestiones políticas, ideológicas, económicas…
Los bandos (fueron varios) de expulsión suponían la expropiación de sus bienes, el exilio, y también la pérdida de sus hijos menores, ya que, con motivo de llevar a cabo el bando de expulsión, mentes preclaras de la época alertaron al rey de que los hijos de los que iban a expulsar no eran culpables, por su tierna edad, de los delitos de herejía musulmana, de la que se sentenciaba a sus padres. Y, además, reteniéndolos en tierra cristiana se les podría instruir en las “verdades de la fe”, y ganar sus almas para el cielo. (Ignacio Gironés Guillem 2009). Así se decidió y ejecutó la orden de expulsión de los padres, apropiándose antes de los niños: los «morisquillos».
En «La permanence morisque en espagne aprés 1609» de François Martínez, encontramos referenciados nueve menores nacidos en Millares que permanecieron después de 1609 en el Colegio Real, es decir, 9 morisquillos de Millares:
- María Alabiat de 7 años.
- Pere Joan Janco de 11 años.
- María Suseyt de 12 años.
- Joana Angela Balle de 12 años.
- Josepa María de 13 años.
- Hieroni Francisco de 14 años.
- Hieronima Francesca Bondad de 14 años.
- Hieronima Garvall de 16 años.
- Madalena Vuecio de 16 años.
Todo ello y las condiciones brutales de la expulsión, más las matanzas llevadas a cabo de quienes huían de ella fueron la causa principal de la Revuelta morisca en 1609.
MILLARES SE SUMA A LA REVUELTA MORISCA: Ese fatídico año, 1609, las murallas y torres de los castillos de Millares tendrían que presenciar como la población musulmana (los moriscos), hijos y nietos de aquellos que los alzaron, se veían forzados a abandonar sus tierras y como, en un alarde de valentía, se levantaron contra los señores cristianos buscando refugio en la Muela de Cortes. (T. Martínez y X. Martorell 2016).
Entre 1609 y 1612, resistieron valerosamente una partida de 35 moriscos, de los que participaron en la revuelta, capitaneados por Alemaken y dirigidos espiritualmente por Alamir, filósofo y alfaquí de Millás (Simeón Zapata Valenciano).
La Muela de Cortes fue el último reducto de los moriscos de Millares y otros moriscos de poblaciones vecinas, en los acantilados donde los pintores del Rey describieron con realismo el suicidio de las mujeres que se arrojaban al vacío, con sus hijos en brazos, para no dejar su tierra, ni sus hijos, antes de ser expulsados a sangre y acero por Felipe III.
Los «morisquillos» que dejaron aquí quedaron prácticamente abandonados a su suerte, o fueron entregados a familias «cristianas», mayoritariamente en calidad de esclavos. No serían censados hasta dos años después (el censo que mando hacer el rey, el día 20 de febrero de 1611). Los dos años que transcurrieron entre el decreto de expulsión y el bando regulador, fue tiempo suficiente para que desaparecieran muchos de los morisquillos, víctimas en unos casos del abandono y en la mayoría, como se observa en el mandato real, de los abusos y de la explotación. (Ignacio Gironés Guillem)
La mayoría de los habitantes de Millares eran moriscos, por lo que tras el expolio y la expulsión, el pueblo quedó casi deshabitado, y la corona hubo de indemnizar al señor de la baronía por los perjuicios ocasionados al privarle de mano de obra que trabajase sus tierras. De hecho, la pequeña aljama de Millares denominada «Cavas» jamás volvió a repoblarse y en la actualidad es el «Despoblado Morisco de Cavas».
No obstante, no todos los moriscos llegaron a ser expatriados, por diversas razones algunos permanecieron en sus territorios o proximidades, por ejemplo, de cada aljama dejaron una o dos familias para que no se perdieran los sistemas hidráulicos de riego que tanto habían costado establecer. En el caso que nos ocupa, existen documentos que demuestran que al menos 17 moriscos de Millares permanecieron en España después de la expulsión: Francisco Sentido, Francisca Sentido, Francisco Galdón, Hieronima Garvall, Maria Suseyt, Pere Joan Janco, Hieroni Francisco, Joana Angela Balle, Madalena Vuecio, Hieronima Francesca Bondad, Maria Alabiat, Josepa Maria, Esperanza Conun, Francesc Ballester, S/N Metdi, S/N Ameldi, S/N Fayfay (S/N = sin nombre, en el documeto solo aparece el apellido). (François Martínez ,199743297, Arq&Volta Patrimoni i Societat y Enrique Pérez Cañamares, Centro de Estudios Moriscos del Mediterráneo)
Los Sentido, eran la familia morisca que cuidaba las acequias de Millares. (Arq&Volta Patrimoni i Societat). En 1756 Josefa Sentido Galdon hija de Francisco Sentido y de Ana María Galdon se casa con Blas Galdon Sentido, primo hermano suyo por partida doble, hijo a su vez de Francisco Galdon y Juana Sentido. Todos nacidos en Millares. Desde entonces el apellido Sentido muta en Galdon al no haber varones que lo lleven. Con seguridad los Sentido son descendientes de moriscos de Millares. Los Sentido son un linaje extendido por Otanell, Artana, Betera… Como se puede observar, mantienen la tónica morisca de casamiento entre primos. (Enrique Pérez Cañamares, Centro de Estudios Moriscos del Mediterráneo)
La pequeña propiedad familiar es el rasgo más común y generalizado de las huertas moriscas. Las tierras de los moriscos las trabajaban ellos mismos, haciendo brotar islotes de huerta en zonas de montaña, microrregadíos que aprovechaban las aguas de manantiales y barrancos que encauzaban por acequias, construían esos bellísimos bancales escalonados colgados en las empinadas laderas de las montañas y sujetos por increíbles muros de piedra seca, formando parcelas estrechas y alargadas, consiguiendo así unas huertas muy cuidadas y productivas.
Los moriscos de Millares eran, en gran medida, agricultores y habían sabido sacar partido a las tierras mediante un sistema de riego complejo y minucioso Ingeniería morisca agraria e hidráulica que todavía podemos admirar en Millares, estrechos bancales sobre empinadas laderas, bancales y huertos que durante siglos han sido la base y el sustento de sus habitantes. La montaña se funde con olivos, algarrobos, verdes huertos, barrancos, acequias y pozas. Los árboles frutales dan paso a las piteras, y estas a espárragos silvestres y agrestes plantas aromáticas, que de nuevo ceden terreno a los bancales y cultivos humanos, que nuevamente se truncan con generosas chumberas y flores campestres, todo en una maravillosa diversidad, todo entrelazado, todo en armonía. Un espléndido paraíso morisco de huertas colgantes sobre laderas montañosas.
«...las huertas tocan a las últimas casa y luego en gradería van escalonándose hasta el rellano en que se levanta el castillo. Esas casa que tienen por detrás salida a las huertas, presentan sus fachadas posteriores blanqueadas donde no las cubre el tallo verde de la parra o las sombrea algún olivo o algarrobo o las rodea alguna acequia de aguas limpias. De la casa a las huertas se pasa en muchas casas por la puerta trasera, y entonces las segundas sirven como espacio que amplía la vivienda humana, y la adorna ora con los árboles dichos, algún frutal, el parral, ora con plantas menores útiles, o con flores» (Eduardo Soler y Pérez 1907)
Hay que destacar que Millares ha conservado hasta nuestros días una rica gastronomía que, antaño, constituía la comida de pastores, carboneros, cazadores y todas aquellas personas que tenían en el monte su medio de vida. Se trata del gazpacho, un plato con el que se alimentaron los moriscos de esta tierra. Similar al gazpacho manchego, se elabora en una paella o en un «caldero» (una especie de paella honda), y sus ingredientes principales son conejo, setas (en temporada), ajos y la deliciosa torta de gazpacho elaborada en el horno tradicional de leña que hay en Millares.
Visitar Millares es una auténtica delicia, recorriendo sus antiguos bancales moriscos y sus barrancos, puedes encontrar espárragos y ajos tiernos silvestres, setas (en temporada); especies cinegéticas en su hábitat natural: ciervos, corzos y cabras montesas; y, además de incrementar nuestro conocimiento histórico, dar un placentero paseo por el entorno natural y por el pueblo, porque, como muy bien proclama uno de los carteles del Ayuntamiento de Millares: «las calles de la población conservan la huella morisca, apenas modificada, así como la importancia que el agua tenia y sigue teniendo para los pobladores y visitantes del lugar».
Fotografías:
Vicente Javier Lorente Sánchez, Raúl Lorente Sánchez y Amparo Sánchez Rosell
Imágenes:
Base de datos del Centro de Estudios Moriscos del Mediterráneo, Enrique Pérez Cañamares.
Museo Nacional Germánico Biblioteca digital. ArteHistoria. La expulsión de los moriscos en las artes plásticas, José Mª Calleja Maestre.
Fuentes:
Trabajos de investigación de Amparo Sánchez Rosell.
Trabajos de investigación realizados y publicados por el Ayuntamiento de Millares en carteles ubicados en zonas estratégicas de la población.
Al-Andalus frente a la conquista cristiana: los musulmanes de Valencia …Pierre Guichard. Biblioteca Nurva. Universidad de Valencia.
Al-Azraq. Diccionario Biográfico. Real Academia de la Historia.
L’Aljama de Millares. Vida i expulsió del’s moriscos valencians. Arq&Volta Patrimoni i Societat
Arquitectura Islámica defensiva en el curso medio del Júcar. Javier Hidalgo Mora e Ignacio Matoses Ortells.
Cartografía Islámica de Sharq Al-Andalus. Siglos X-XII. Al-Idrïsï y los precursores. Juan Piqueras Haba
CASTILLO. Redescubriendo el Castillet (Millares, València). Una nueva lectura de la fortaleza islámica junto al Júcar a partir de los resultados de la primera campaña de excavaciones. Trinidad Martínez i Rubio y Ximo Martorell Briz
Expulsión de los moriscos rebeldes de la Sierra y Muela de Cortes. Simeón Zapata Valenciano.
EL ISLAM CERCANO: Moriscos Valencianos. Rafael Benítez Sánchez-Blanco. Mohamed Turki, Josep Torró Abad, Daniel Benito Goerlich, Ahmed Tahiri, José Francisco Cutillas Ferrer, Abdeljelil Temimi, Manuel Ruzafa, Ignacio Gironés Guillem, Ignacio Gironés Guillem. Centro Cultural Islámico de Valencia 2009.
LOS MORISCOS. Centro de Estudios Moriscos del Mediterráneo
LOS MORISQUILLOS. Historia de los morisquillos. Ignacio Gironés Guillem http://www.ignasigirones.com/.
Patrimonio Hidráulico Histórico en el Ámbito Territorial de la Confederación Hidrográfica del Júcar. ESTEPA, Departamento de Geografía, Universitat de Valencia. I.S.B.N.: 978-84-370-8696-5
Plan de dinamización turística del municipio de Millares (Valencia). UNIVERSIDAD POLITECNICA DE VALENCIA. TRABAJO DE FINAL DE CARRERA. Autor: Sandra Barbera Espi. Director: Carlos Gil Santiago.
PERMANENCIA «La permanence morisque en espagne aprés 1609” ;François Martínez ,199743297
Sharq Al-Àndalus i la investigació arqueológica. Estat de la qüestió. G. Rosselló-Bordoy
Tratado acerca de los moriscos de España. Pedro de Valencia. I.S.B.N.: 9788487999536
Torre de Cavas. Arquitectura y Patrimonio. Javier Hidalgo Mora http://www.hidalgomora.com/portfolio/torre-de-cavas/
La vida de morisco en la España del siglo XVI. http://themoriscos.umwblogs.org/art/
Vida material de los moriscos en el Reino de Valencia. Notas y reflexiones sobre el estado de la cuestión. Eugenio Ciscar Pallarés.
Web de la Asociación Española de Amigos de los Castillos: https://www.xn--castillosdeespaa-lub.es/es/content/castillo-de-cabas
Web del Ayuntamiento de Millares: http://www.ayuntamientomillares.es/cultura-y-patrimonio/el-castillet
Web del Ayuntamiento de Millares: https://es.wikipedia.org/wiki/Castillo_de_Millares
Web Castillos de España: http://www.castillosnet.org/espana/informacion.php?ref=V-CAS-148
Web del Patronat Provincial de Turisme de València (Diputació de València): «Turismo en las comarcas de Valencia»: https://www.valenciaturisme.org/es/municipio/millares
Web Univeraitsat de Valencia: https://www.uv.es/uvweb/universidad/es/listado-noticias/descubrimiento-168-poemas-moriscos-valencianos-del-siglo-xvi-desmiente-fueran-minoria-habia-perdido-cultura-arabe-1285846070123/Noticia.html?id=1285992922591&fbclid
Web Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Millares
Web Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Castillo_de_Cabas
Castillet Millares
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Escalinata rural
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Fortalezas
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Millares
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Millares
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Lienzo muralla andalusí
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Molana
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El Tollo la Teta
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Barranco
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Fuente
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Barranco del Nacimiento
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Acequia
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Acequia
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Barranco del Nacimiento
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Corraliquio l'Antón
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Cavas
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Cavas
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Cavas
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Corraliquio l’Antón
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Lienzo Muralla
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Castillo de Millares
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Castillo de Millares
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Castillo de Millares
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El Castillet
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Castillo de Millares
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Millares desde el Castillet
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Parajes de Millares
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Busto de Al-Azraq
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Millares
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Millares
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Calzada morisca Millares
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Moriscos de Millares
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Liber Licentiarum
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Piedra Seca
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Decreto expulsión
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Morisca con hija
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Resistencia morisca
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Vasija morisca
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Cavas
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Acequia del Hinchidor
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Acequia
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Uva de Millares
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Bancal
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Gazpachos Millares
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Lavadero tradicional de Millares
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