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HARIRA VEGANA

Ideal para veganos

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Ingredientes (mejor si son ecológicos):
Para 4 personas.
– 250 gramos de garbanzos.
– 700 gramos de tomates maduros.
– 1 tacita de tchicha (cebada molida).
– 1 nabo amarillo.
– 1 nabo blanco.
– 1 chirivía.
– 1 trocito de calabaza.
– 1 calabacín verde pequeño, o medio si es más grande.
– 1 calabacín blanco,
– 3 zanahoria.
– 1 cebolla seca.
– 1 cebolla tierna.
– ½ puerro (solo la parte blanca).
– 1 manojo de perejil fresco.
– 2 ramas de apio.
– 1 manojo de cilantro fresco.
– Azafrán (en hebras, mejor de la Mancha, o también iraní).
– Una pizca de pimentón picante.
– 1 cucharadita (de las de café) de pimentón de la Vera.
– ½ cucharadita de jengibre en polvo.
– ½ cucharadita de cúrcuma.
– ½ cucharadita de canela.
– ½ cucharadita de pimienta negra recién molida.
– ½ cucharadita de cominos.
– ½ cucharadita de nuez moscada .
– Sal.
– 10 cl. de aceite de oliva virgen extra.
– 2 litros de agua.

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En las ciudades, zocos y proveedores del campo de al-Andalus, ofertaban una gama de productos muy variada que podían comprarse frescos o cocinados, como ocurría con la harira (sopa con muchas especias aún presente en el Magrab). Algunas de estas sopas de origen andalusí han perdurado en Argelia, Marruecos y Túnez con diferentes nombres: harira, chorba…
En esta harira, encontramos ingredientes puramente andalusíes, algunos de ellos introducidos por los árabes en la península, como el azafrán, la calabaza, el cilantro, algunas especias… y otros que se han ido incorporando con posterioridad, como el tomate.
Esta variante, prescinde de la carne, incrementa las verduras y sustituye los fideos por la tchicha (cebada molida o triturada). Como en todos los guisos, la calidad de los ingredientes es fundamental para lograr un buen resultado, por ello, mejor si son frescos, naturales, y ecológicos.

Receta:

Lavamos y ponemos los garbanzos a remojo la noche anterior, o en su defecto, un mínimo de cinco horas.

Enjuagamos y escurrimos los garbanzos que teníamos en remojo. A continuación los cocemos durante 1 hora con agua limpia, sal y comino.

Mientras se cuecen los garbanzos comenzamos a preparar nuestra harira.

Lavamos bien la tchicha con la ayuda de un colador. Se puede hacer bajo el grifo de agua fría, o sumergida en un cuenco cambiando el agua varias veces. Despues colamos, escurrimos y reservamos.

Pelamos las cebollas, los nabos, la chirivía, y el trozo de calabaza. También el calabacín verde para quitarle porque queremos una sopa de color rojizo. El blanco lo lavamos bien y solo le quitamos los extremos.

Lavamos y raspamos las zanahorias.

Lavamos también el resto de verduras y los tomates.

Cortamos todo en trozos grandes.

Lavamos el perejil fresco, el cilantro y el apio. Hacemos un ramillete para que no se desperdiguen en el caldo y poder retirarlos fácilmente (ver imagen) .

En un puchero hondo, a fuego medio, calentamos una cucharada del aceite de oliva (reservamos el resto de aceite para añadirlo después en crudo) y doramos primero las verduras que hemos troceado anteriormente: puerro, nabos, chirivía, zanahorias, calabaza y calabacines; también las hebras de azafrán y las especias (excepto el pimentón); dejamos dorar todo.

Después añadimos las cebollas troceadas y las dejamos pochar junto a las verduras.

En tercer lugar, cuando la cebolla está un poco pochada y las verduras doradas, agregamos los tomates también troceados. Salpimentamos y dejamos sofreír levemente.

Por último, disolvemos en el aceite del sofrito la cucharadita de Pimentón de la Vera y del pimentón picante, rápidamente añadimos agua para que no se queme el pimentón.

Incorporamos la tchicha (cebada molida). Añadimos más agua (hasta cubrir sobradamente), y el hatillo de cilantro, perejil y apio.

Subimos la potencia del fuego hasta llevar a ebullición. Tapamos, bajamos a fuego lento y cocemos una hora.

Cuando todo está bien cocido, apartamos la olla del fuego, retiramos el ramo de apio, cilantro y perejil, y trituramos las verduras con la baridora. Debe quedar una sopa espesa y sin tropezones.

Después le añadimos los garbanzos con su agua de cocción (en Marruecos pelan los garbanzos para que no se desprendan las pieles y rompan la armonía de la harira) . Colocamos de nuevo el puchero sobre el fuego y dejamos hervir un poco para que se integren los sabores y las texturas.

Esta delicada harira no precisa fideos, la tchicha le aporta cuerpo, fibra y minerales. El resultado es una suave y deliciosa sopa de verduras, legumbres y cerales (cebada) que se desliza armoniosa y sabrosamente por la garganta.

Podemos servir nuestra harira en una sopera bonita y que cada uno se sirva la cantidad que desee, o plateada individualmentela. Sea como sea, no defraudara a los comensales.

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