La avena fue utilizada por los pueblos de la antigüedad desde hace varios miles de años, se usaba como alimento y como forraje. Los primeros restos de avena conocidos, se encontraron en Egipto en búsquedas arqueológicas. En la Península Ibérica, nuestros antepasados andalusíes cultivaron la avena, que restó importancia a en comparación a épocas anteriores, porque la avena, además de ser utilizada para los caballos, también lo fue para consumo humano (*1.-).

En al-Andalus, el pan de avena y jengibre, se consumía con frecuencia y normalmente lo hacían con ¼. de avena y ¼. de harina blanca de trigo, un poco de mantequilla y miel, jengibre, levadura y leche (*2.-).

Es una planta herbácea anual, perteneciente a la familia de las poaceae o gramíneas. En la actualidad, las especies más cultivadas son Avena sativa y Avena byzantina, en ese orden.

Datos históricos y de interés gastronómico

Sus características nutritivas y el hecho de que se adapta sin dificultad a los climas fríos y húmedos, la convirtieron en el cereal más difundido en las regiones del norte de Europa, donde hasta el siglo pasado constituyó una de las bases de la alimentación.

Aunque hoy se consume ampliamente en Rusia, Escocia e Irlanda, donde el famoso porridge se prepara con harina o copos de avena cocidos muy lentamente, no es patrimonio único de zonas frías, todo lo contrario, también es ampliamente utilizado en el Maghreb, por ejemplo, en Marruecos hay varias especialidades de pan de avena y con avena multisemillas. Además se cultiva considerablemente en diversas zonas de Asia.

La variedad de primavera se siembra entre marzo y abril; y la de invierno, entre octubre y noviembre.

La avena es uno de los cereales más ricos en nutrientes, con un poder calórico bastante elevado: aproximadamente 400 calorías por cada 100 gramos.

Es el cereal más rico en proteínas (sobre todo ciertas variedades), grasas y celulosa, y puede presumir de que cuenta con una considerable presencia de elementos minerales y vitaminas del grupo B (B1 y B2), PP y D. Además, en la avena geminada se produce un enorme incremento del complejo vitamínico B.

Como se podrá deducir fácilmente observando la tabla que muestra la composición media de los principales elementos que constituyen la avena, se trata de una planta con notables propiedades energéticas.

Composición media de la avena:
Elementos principales:
– Agua (g): 12,5.
– Proteínas (g): 132.
– Lípidoso (g): 7.
– Glúcidos: 65.
Minerales:
– Hierro (mg/100 g): 5.
– Calcio (mg/100 g): 65.
– Magnesio (mg/100 g): 180.
– Fósforo (mg/100 g): 320.
Vitaminas:
– Tiamina B (mg/100 g): 0,20.
– Riboflavina B (mg/100 g): 0,50.
– Niacina B (mg/100 g): 2,50.

Se ha señalado anteriormente que desarrolla un notable poder calórico, por tanto es bueno consumirla sobre todo en las estaciones frías y limitar su uso en caso de que se realicen actividades fundamentalmente sedentarias.

Tiene propiedades ligeramente excitantes, que la hacen recomendable para la astenia física e intelectual y el deterioro orgánico, y es recomendable en periodos de convalecencia, de lactancia y de crecimiento, ya que contiene una hormona de crecimiento llamada auxina. Puede ser útil también para los casos de linfotimia y anemia, y puede mejorar la circulación sanguínea.

Sin embargo, parece ser que algunas de estas características nutritivas están vinculadas a la presencia de un aceite esencial termolábil, que se desactiva a una temperatura de solo 70ºC. La mejor manera de usarla, por tanto, sería en forma de copos crudos, añadiéndolos a la leche o al yogur de la mañana, o a la menestra.

Son muchas más las virtudes que se le atribuyen a la avena; parece ser que puede influir favorablemente en los casos de esterilidad e impotencia, que puede ser un buen estimulante de las tiroides y un protector del esmalte dental, y que ejerce también una beneficiosa función anticaries.

Diurético: El contenido en silicio de esta planta aumenta la producción de orina y permite eliminar el ácido úrico, razón por la cual se utiliza en el tratamiento de la gota y otras enfermedades relacionadas con problemas de eliminación de líquidos: enfermedades reumáticas, problemas de micción, etc. ( Decocción de 5 cucharadas de planta seca por vaso de agua durante 30 minutos. Tomar un par de vasos, repartidos en varias tomas a lo largo del día).

Aparato respiratorio: Muy útil para el tratamiento de enfermedades respiratorias en las que se requiera una acción expectorante y mucolítica que posibilite la disolución de las mucosidades y su expulsión. Tos, bronquitis, pulmones cargados, etc. (Decocción de 4 cucharadas de semillas en dos litros de agua hasta que el agua se evapore hasta la mitad. Beber un par de vasos al día repartidos en varias tomas).

Fertilidad: El extracto de avena (de venta en herbolarios) parece propiciar el aumento de fertilidad masculina (tomar el producto de acuerdo a las condiciones del prospecto).

Utilizada externamente: La avena tiene propiedades muy interesantes para el cuidado de la piel, hasta el punto que este cereal forma parte de muchos productos de belleza como jabones, cremas, champús naturales, lociones, etc.

Psoriasis: Muy indicada para tratar esta enfermedad y mejorar el picor que habitualmente produce (colocar dentro de un saquito de tela muy apelmazada 10 cucharadas de harina de avena y colocar dentro del agua del baño). Esta misma preparación resulta conveniente para disminuir la picazón de la urticaria o de la sarna.

Mascarilla de avena para el cuidado de la piel: Para eliminar muchas imperfecciones de la piel, como granos, espinillas acné, etc. se puede realizar una mascarilla con una pasta realizada con 5 cucharadas de harina de avena en una cucharada de miel. Remover y añadir dos claras de huevo. Colocar en forma de mascarilla sobre el rostro durante 30 minutos.

Dolores del reuma: Para aliviar los dolores producidos por las enfermedades reumáticas se puede mezclar un poco de harina de avena con vinagre que luego se hierve hasta que se ponga pastosa. Colocar sobre la zona afectada. Este mismo tratamiento puede utilizarse para mitigar los fuertes dolores de la lumbalgia.

Tratamiento de quemaduras con avena: Cataplasma de harina de avena sobre la quemadura.

Los granos aparecen envueltos por la gluma, que debe ser eliminada antes de emplearla en la alimentación humana. Lo que la hace relativamente poco utilizable es sin duda las dificultad para eliminar los abundantes tegumentos externos con el fin de obtener la avena mondada, que sin embargo contiene intacto el germen y conserva las capas periféricas del grano, ricas en fibra particularmente apreciada ya que parece tener la capacidad de ejercer una notable actividad reductora del colesterol.

Su elevado contenido de lípidos expone a este valioso cereal a verse alterado fácilmente si se conserva en forma de copos o de harina: un almacenamiento prolongado puede provocar la aparición de un sabor amargo desagradable y típico que podría hacerlo poco apetecible. Por el contrario, la conservación en grano es más segura, ya que la avena contiene un antioxidante que prolonga el tiempo en que aguanta sin volverse rancio.

Además de ser utilizada en la preparación de dulces, la harina ligeramente tostada se puede emplear para hacer pulpetas vegetales y menestras; mezclada con la harina de trigo se emplea también en la fabricación de cierto tipo de pan.

Los copos, más conocidos, se pueden utilizar, como se ha señalado, para preparar porridge, bizcochos, potajes y sobre todo müesli, una mezcla energética de copos de cereales y frutas pasas, que proviene de la tradición suiza y de Europa central, y que se ha difundido por toda Europa y buena parte de América.

Una excelente decocción de cereales se prepara con avena mezclada a partes iguales con trigo y cebada: está particularmente indicada en la alimentación de los lactantes.

1.- Trillo San José, Carmen. «AGUA, TIERRA y HOMBRES EN AL-ANDALUS. La dimensión agrícola del mundo nazarí«. Universidad de Granada, 2004.
2.- Benavides-Barajas, L. «Al-Andalus. La cocina y su historia«. 1992.