Ciencia islámica: un estudio ilustrado.
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En el Siglo VII de nuestra era se marca un hito importante en la difusión del consumo del azúcar, los árabes descubren las infinitas posibilidades que presenta y lo introducen en el Imperio Islámico, cultivando la caña de azúcar en Siria, Egipto, Chipre, Rodas y todo el Norte de África. Es precisamente allí, donde los químicos egipcios perfeccionan su procesado y la refinan. En la Edad Media introducen el azúcar en la zona hispano-musulmana de al-Andalus, donde se implanta como una especia alimenticia.
Efectivamente, la caña de azúcar fue uno de los cultivos aclimatados en la Península Ibérica por los árabes (Expiración García Sánchez). Introducido durante el gobierno de ‘Abd al-Rahman I (756-788) «Hubo que producir una serie de cultivos exóticos de regadío, aclimatándolos por vez primera o por medio de su reimplantación. Éste es el caso de la caña de azúcar (qasab al-sukkar) introducida tempranamente-, que se extendió desde Valencia hasta la desembocadura del Guadalquivir» (del libro «El enigma del agua en al-Andalus«, Cherif Abderrahman Jah y Margarita López. Editorial Lunwerg).
En tiempos de Abd al-Rahman I, en la mitad del siglo VIII, contamos con la primera mención al cultivo de caña de azúcar en la Península Ibérica. Desde ese momento y, sobre todo, desde la aparición del califato, las citas son constantes, tanto en los tratados médicos y culinarios como en los de agricultura y geografía.
Por o tanto, la caña de azúcar se cultivaba en al-Andalus ya en el siglo X, Encontramos su documentación en el calendario de Córdoba, del año 961, en el que se reglamenta las épocas del año en que la caña debe plantarse y recogerse. En un agrónomo anónimo andalusí del siglo X: «la caña de azúcar se planta en el mes de ädär, marzo (marïs)». Y en la obra del geógrafo al-Räzï, también del siglo X.
En el siglo XI el cultivo de la caña de azúcar figura en los tratados agronómicos andalusíes. Destacamos el del agrónomo granadino al-Tignarï que nos proporciona una detallada descripción de su cultivo que fue recogida por dos autores andalusíes posteriores, Ibn al-‘Awwäm (s. XII-XIII) e Ibn Luyün (s. XIV).
En el litoral peninsular destacan como áreas de producción de azúcar de caña las costas valencianas, granadinas y malagueñas. Por razones climáticas, la implantación del cultivo de la caña de azúcar se limitó al bajo Guadalquivir, al sur de Sevilla, y en la costa que se extiende desde Málaga a Almería, especialmente en las vegas de Vélez-Málaga, Almuñécar y Salobreña, de acuerdo con el testimonio de algunas fuentes árabes y andalusíes, y de geógrafos árabes. También en las zonas costeras valencianas de Valencia y Castellón según al-‘Udrï, Yäqüt, al-Qazwïnï, al-Mqqärï, citando este último a Ibn Sa’ïd.
Otra prueba de su cultivo en Valencia, es que un privilegio de Jaime I, en 1268, exime al cultivo de la caña de azúcar del pago del diezmo (Josep A. Gisbert Santonja). Desde finales del s. XIV hasta el XVII hubo un florecimiento de esta planta y aparecieron molinos dedicados a su molturación.
En Granada, los musulmanes introdujeron la caña de azúcar en la franja costera del reino nazarí; especialmente, en la cuenca del Bajo Guadalfeo, y, ya en el siglo X se constata su cultivo en Salobreña.
En los siglos XII-XV su cultivo en al-Andalus ya estaba bastante extendido, desde el norte de Castellón hasta la desembocadura del Guadalquivir
Desde los nazaríes, se documenta que en la costa granadina existía tanto el cultivo como la elaboración de azúcar.
Además, diversos tratados agronómicos andalusíes, confirman el conocimiento de la tecnología de la elaboración de azúcar en al-Andalus. Como, por ejemplo, el de al-Häÿÿ de Granada, recopilado por Ibn al-‘Äwwäm, que incluye suficientes referencias sobre la obtención del azúcar como para asegurar que la caña servía para este fin.
Granada, la capital nazarí, era el principal mercado de azúcar, quizá de concentración, para embarcarlo después en Málaga .
El azúcar, fue usada por los andalusíes como especia para perfumar, o edulcorar, una gran variedad de platos por los que los andalusíes mostraban una especial atracción. Ella y la miel, estaban presentes en infinidad de recetas de repostería y dulcería. También frutas frescas se preparaban con azúcar, junto a especias y otros ingredientes Los boticarios comenzaron a usarla como parte integral de muchas recetas. Las usaban como pócimas y medicinas para curar cualquier clase de males. Otro uso era el de conservar productos, que se cocinaban con él en determinadas proporciones. Así, confituras de flores, frutas, etc.
En el libro Anónimo del siglo XIII traducido por Ambrosio Huici Miranda. LA COCINA HISPANO-MAGREBÍ durante la época Almohade., encontramos varios buenos ejemplos de recetas con azúcar. Por ejemplo:
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Pese a ser un artículo de lujo, el azúcar fue sustituyendo progresivamente a la miel incluso en la preparación de ciertos fármacos. Ibn Zuhr (Avenzoar en los textos latinos), en su Epístola sobre la preeminencia de la miel sobre el azúcar, recrimina a los innovadores que utilizan azúcar en los jarabes medicinales, impulsados por el afán de emplear ingredientes exóticos, siguiendo el ejemplo de reyes y grandes personajes.
Los dos recetarios andalusíes que han llegado hasta nuestros días, el ya citado de cocina hispano magrebí y en el específicamente andalusí Fedalat Al-Jiwan fi tayyibat al-ta’am wa-l-alwan que traducido del árabe es: Relieves de la mesa, sobre manjares y guisos, del murciano Abu l-Hasan ‘Ali ibn Muhammad ibn Abí l-Qasim ibn Muhammad ibn Abí Bakr ibn Razin al-Tuyibi (a veces citado en las fuentes como «al-Razin», y en algunas ocasiones, como «al-Tujibi»), también del siglo XIII, demuestran que el azúcar y/o la miel eran ingredientes habituales incluso en los platos de carne, en las sopas más o menos espesas y en las gachas.
Entre los andalusíes encontramos, en todos los niveles sociales, una marcada inclinación hacia los dulces, patente en las numerosas variedades que de ellos nos presentan fuentes de diversa índole, desde las poéticas, pasando por las médicas, las geográficas y las gastronómicas, hasta las jurídicas que se ocupaban de vigilar las actividades de los zocos.
Se elaboraban numerosas variedades de dulces, algunos de los cuales han llegado hasta nuestros días: alcorfas, alfajores, alfeñiques, almendradas, almojábanas, arnadí, arroces dulces (con leche, con azúcar, con miel…) arropes, buñuelos, churros y torrijas (zalabiyyas), empanadas dulces de azúcar fino, hojaldres, hojuelas, mazapanes (como por ejemplo las toronjas de Xátiva), membrillos, pestiños, roscos, rosquillas de alfajor, tostones de cañamón y ajonjolí, talvinas, turrones,..
Los dulces eran, y siguen siendo, la expresión alimenticia de la fiesta, la hospitalidad y la amistad.
FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA:
Cañamelar.
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Cañamelar.
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Al-Tignari
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Ibn Luyün
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Azúcar de caña
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Plantación de cañas de azúcar. Cañamelar.
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Dulces andalusíes
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Dulces andalusíes
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Buñuelos andalusíes
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Mazapanes andalusíes
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