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Legado andalusí: Las aportaciones árabes a nuestra cultura

Avicena

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Avicena (980-1037): Abu Ali al-Husain Ibn Abdullah ibn Sina.

Ibn Sina (980-1037) o Avicena (por su nombre latinizado) es el nombre por el que se conoce en la tradición occidental a Abū ‘Alī al-Husayn ibn ‘Abd Allāh ibn Sĩnã (en árabe: أبو علي الحسین بن عبدالله بن سینا). Filósofo, científico, poeta, astrónomo, médico, teórico de la música, físico, metafísico, matemático, químico, ético y alfaquí. Un polímata, musulmán, un científico e intelectual de gran prestigio, principalmente, en el campo de la filosofía y de la medicina.
Famoso por sus tratados médicos, filosóficos y científicos, a lo largo de su vida escribió más de trescientos libros. Genio precoz, memorizó el Corán cuando tenía apenas diez años. Avicena es uno de los pensadores más destacados de la denominada filosofía islámica.
El libro del Canon de Avicena, una vez fue traducido al latín por Gerardo de Cremona antes de 1187, sería la base de la medicina occidental.

Nació en agosto de 980 en Afshana, muy cerca de Bujārā (capital de los samaníes , una dinastía persa en Asia Central y Gran Khorasan), Transoxsiana, región histórica del Turquestán, en Asia Central, (hoy Uzbekistán). Falleció en junio de 1037 en Hamadán, Irán, donde fue enterrado y donde todavía se le venera.

Hijo de Sitāra, natural de Bujārā y Abdullāh, erudito respetado de Balj (una ciudad importante en lo que hoy es la provincia de Balkh , Afganistán). De familia acomodada, Cuando su padre fue nombrado gobernador, lo acompañó a Bujará, allí inició sus estudios.  Su padre falleció cuando Avicena tenía aproximadamente veintidós años. Entonces él fue el responsable de la familia y parece que también heredó el cargo de gobernador. Contrajo matrimonio con Yasamin.

En la temprana adolescencia se enamoró de la filosofía y demostró sus extraordinarias dotes como estudiante memorizando el Corán cuando apenas tenía diez años y estudiando jurisprudencia, física, matemáticas, gramática, medicina, geometría, música, religión y filosofía, por las noches se dedicaba a la minuciosa revisión de los argumentos que encontraba en los libros de filosofía.

Esta precocidad en los estudios también se reflejó en una precocidad en la carrera, pues a los dieciséis años ya dirigía a médicos famosos y a los diecisiete gozaba de fama como médico por salvar la vida del emir Nuh ibn Mansur, a los dieciocho años fue nombrado médico de la corte del  sultán de Bujārā, quien le abrirá las puertas de su biblioteca real, donde amplió sus conocimientos de matemáticas, música y astronomía. Desde entonces, se convertiría en un gran estudioso. Al llegar a la mayoría de edad había estudiado todas las ciencias conocidas. Permaneció en el cargo de médico de la corte y consejero de temas científicos hasta la caída del imperio samaní en 999.

En Hamadán, el emir buyida Shams ad-Dawla lo nombró visir. Se impuso entonces un programa de trabajo agotador, dedicándose de día al trabajo público y de noche a la ciencia. Hasta 1021, en que se produjo la muerte del príncipe Shams al-Dawla, y Avicena marchó a Ispahán. Pasó los últimos catorce años de su vida actuando como, consejero científico y médico del gobernante de Ispahán.

Famoso por sus tratados médicos, filosóficos y científicos. A lo largo de su vida escribió más de trescientos libros, predominantemente de medicina y filosofía. La obra de Avicena es numerosa y variada. Entre sus obras se incluyen trabajos relacionados con la ciencia médica, con la religión, la filosofía y hasta con la angelología y la mística. Sus textos más famosos son El libro de la curación (enciclopedia filosófica y científica) y El canon de medicina (enciclopedia médica y científica), también conocido como Canon de Avicena.

Su obra cubre toda la extensión del saber de su época:

  • Lógica, Lingüística y Poesía.
  • Física, Psicología y Medicina, Química.
  • Matemáticas, Música y Astronomía.
  • Moral y Ciencias Económicas.
  • Metafísica.
  • Mística y comentarios del Corán.

A los veinte años, a petición del jurisconsulto Abú Bakr el-Barjuy redactó un conjunto de diez volúmenes «El tratado del resultante y del resultado» así como un estudio sobre las costumbres de la época «la inocencia y el pecado».

En 1012 escribió «El canon de la medicina«  (título original en árabe: القانون في الطب Al-qanun fi al-tibb), esta obra, desarrollada en cinco libros, y divididos a su vez cada uno de ellos en disciplinas, categorías, secciones y capítulos, recoge todo el saber médico de su tiempo, desde la conceptuación de la medicina hasta la toxicología y la dietética. El primero está consagrado a las generalidades sobre el cuerpo humano, la salud, el tratamiento y las terapéutica generales. El segundo comprendía la materia médica y la farmacología simple. El tercero exponía la patología expuesta por órganos y por sistemas; el cuarto se iniciaba con un tratado de las fiebres, los signos, síntomas, diagnósticos y pronósticos, cirugía menor, tumores, heridas, fracturas y venenos. Para terminar, el quinto contenía una farmacopea. La primera traducción al latín de esta obra se hizo en el siglo XII, la versión hebrea apareció en 1491 y el texto en árabe en 1593, siendo un libro de texto preeminente en Oriente Próximo y Europa.

Más tarde escribió El Libro de la Curación (en árabe كتاب الشفاء, Kitāb al-Shifā’), tratado filosófico del que No se sabe con certeza la fecha de su composición, aunque se cree que fue escrito aproximadamente entre los años 1014 y 1020. Consta de cuatro partes principales desarrolladas en un conjunto de dieciocho libros que tratan de las ciencias fundamentales, de la lógica, matemáticas, física, astronomía y metafísica. Se cree también que fue escrito para servir como compendio de toda los conocimientos filosóficos de su autor.

Científico. George Sarton, el padre de la historia de la ciencia , escribió en su Introducción a la historia de la ciencia:

Uno de los mayores exponentes del universalismo musulmán y una eminente figura en la cultura islámica fue Ibn Sina, conocido en Occidente como Avicena (981-1037). Durante mil años ha conservado su renombre original como uno de los más grandes pensadores e investigadores de medicina de la historia. Sus obras médicas más importantes son el Qanun (Canon) y un tratado sobre medicamentos cardíacos. El ‘Qanun fi-l-Tibb’ es una inmensa enciclopedia de medicina. Contiene algunos de los pensamientos más esclarecedores incluyendo la distinción entre la mediastinitis y la pleuritis, la naturaleza contagiosa de la tuberculosis, la expansión de las enfermedades por el agua y la tierra, descripciones minuciosas de problemas dermatológicos, las enfermedades de transmisión sexual y las perversiones, enfermedades del sistema nervioso .

Filósofo. En muchos de sus libros de filosofía hermana su pensamiento con el del cordobés Averroes, Aunque muy proclive a la mística, trató el tema de modo objetivo. El ascetismo no le bastaba; creía que se debía buscar la iluminación como acto final de conocimiento. La ordenación filosófica de Avicena, se basa en que la ciencia más noble se dedica, al estudio del ser y, concretamente, del Ser supremo que es Dios. En este sentido, la Teología tiene un papel definitivo porque se encarga de estudio al Ser absolutamente necesario, trascendente y causa de todos los demás seres. El ser necesario es, pues, Dios. Según Avicena, Dios es simplísimo, perfectísimo, inmutable e inefable. Sujetándose a la tradición islámica en la que un principio básico es la unidad y unicidad de Dios, Avicena defiende, también, que es Uno, único y, por lo tanto, en Él es imposible la multiplicidad.

Teólogo. Avicena era un musulmán devoto y buscaba reconciliar la filosofía racional con la teología islámica. Su objetivo era probar la existencia de Dios y su creación del mundo científicamente y mediante la razón y la lógica. Las opiniones de Avicena sobre la teología (y la filosofía) islámicas fueron enormemente influyentes y formaron parte del núcleo del plan de estudios en las escuelas religiosas islámicas hasta el siglo XIX. Avicena escribió varios tratados breves que tratan de la teología islámica. Estos incluían tratados sobre los profetas, y también sobre diversas interpretaciones científicas y filosóficas del Corán, como la forma en que la cosmología coránica corresponde a su propio sistema filosófico. En general, estos tratados vinculaban sus escritos filosóficos con las ideas religiosas islámicas; por ejemplo, el más allá del cuerpo.

Médico. La medicina de Avicena podría resumirse en la frase de introducción de Urdjuza Fi-Tib’ (Poema de medicina):

«La medicina es el arte de conservar la salud y eventualmente de curar la enfermedad ocurrida en el cuerpo».

Tanto Avicena, como al-Razi defendían que la salud era el equilibrio, la armonía natural y proporcionada de todo lo que compone al ser humano. En consecuencia la enfermedad es desajuste, desorden, desproporción o desmesura. La cima indiscutible de la medicina medieval fue El libro del Canon de la medicina de Avicena. Una vez fue traducido al latín por Gerardo de Cremona antes de 1187, sería la base de la medicina occidental y se convirtió en la indiscutible autoridad a lo largo de todo un milenio.

Sus discípulos le llamaban Cheikh el-Raïs, es decir ‘príncipe de los sabios’, el más grande de los médicos, el Maestro por excelencia, o el tercer Maestro (después de Aristóteles y Al-Farabi).

  • Es el primero en distinguir la pleuresía, la mediastinitis y el absceso subfrénico.
  • Describe las dos formas de parálisis faciales (central y periférica)
  • Da la sintomatología del diabético.
  • Sabe hacer el diagnóstico diferencial entre la estenosis del píloro y la úlcera de estómago.
  • Describe diferentes variantes de ictericias.
  • Da una descripción de la catarata, de la meningitis, etc.
  • Presiente el papel de las ratas en la propagación de la peste. Indica que ciertas infecciones se transmiten por vía placentaria.
  • Es el primero en preconizar tratamientos por lavativas rectales.
  • Descubre que la sangre parte del corazón para ir a los pulmones, y volver, y expone con precisión el sistema de ventrículos y de válvula del corazón.
  • Es el primero en describir correctamente la anatomía del ojo humano.
  • Emite también la hipótesis según la cual el agua y la atmósfera contendrían minúsculos organismos vectores de algunas enfermedades infecciosas.

Puede ser considerado el inventor de la traqueotomía, cuyo manual operatorio sería precisado por el célebre cirujano andalusí Abulcasis de Córdoba.

Avicena destaca en los ámbitos de la oftalmología, de la gineco-obstetricia y de la psicología. Se detiene mucho en las características de los síntomas, describiendo todas las enfermedades catalogadas de la época, incluso aquellas que atañen a la psiquiatría. El legado de Avicena en la psicología clásica se materializa principalmente en las partes de Kitab al-nafs de su Kitab al-shifa (El libro de la curación) y Kitab al-najat (El libro de la liberación). Estos fueron conocidos en latín con el título De Anima (tratados «sobre el alma»).

Pero ante todo, Avicena se interesa por los medios de conservar la salud. Recomienda la práctica regular de deporte o la hidroterapia en medicina preventiva y curativa. Insiste en la importancia de las relaciones humanas en la conservación de una buena salud mental y somática.

Los principales reconocimientos son: El Premio Avicena, un prestigioso galardón que la Unesco otorga a las personas que se distinguen en la ética en el quehacer científico. El cráter lunar Avicena recibió este nombre en su honor. El asteroide (2755) Avicena también conmemora su nombre. Su retrato cuelga en el Salón de la Facultad de Medicina de Avicena en la Universidad de París.

En 1980, la Unión Soviética, que entonces gobernaba su lugar de nacimiento Bukhara, celebró el milésimo aniversario del nacimiento de Avicena organizando la muestra Avicena Ibn Sina Abu Ali 980-1037, matemáticas persas y haciendo circular varios sellos conmemorativos con ilustraciones artísticas y erigiendo un busto de Avicena basado en investigaciones antropológicas de estudiosos soviéticos.

En junio de 2009, Irán donó un «Pabellón de eruditos persas» a la Oficina de las Naciones Unidas en Viena, que se encuentra en la céntrica Memorial Plaza del Centro Internacional de Viena, Austria. Destacando las características arquitectónicas iraníes, el pabellón está adornado con formas de arte persa e incluye las estatuas de los renombrados científicos iraníes Avicena, Al-Biruni, Zakariya Razi (Rhazes) y Omar Khayyam.

En los actuales Irán, Afganistán y Tayikistán, se le considera un icono nacional y, a menudo, se le considera uno de los más grandes persas. En Tayikistán el pico Lenin fue rebautizado pico Avicena en su honor. Se erigió un monumento fuera del museo de Bukhara. El Mausoleo y Museo de Avicena en Hamadan se construyó en 1952. Universidad Bu-Ali Sina en Hamadan (Irán), Instituto de Investigación Biotecnológica Avicena en Teherán (Irán), Universidad Médica Estatal Ibn Sīnā Tajik en Dushanbe, Academia Ibn Sina de Medicina Medieval y Ciencias en Aligarh, India, Avicena School en la Facultad de Medicina de Karachi y Avicena en Lahore, Pakistán, Facultad de Medicina Ibn Sina Balkh en su provincia natal de Balkh en Afganistán, Facultad de Medicina Ibn Sina de la Universidad de Ankara Ankara, Turquía, el edificio principal de aulas (el Edificio Avicena) de la La Universidad de Tecnología Sharif y la Escuela Integrada Ibn Sina en la ciudad de Marawi (Filipinas) reciben su nombre en su honor.

En el libro El médico (The Physician) de Noah Gordon se narra la ilusión de un joven inglés, aprendiz de medicina, por aprender del gran maestro de su época. Igualmente la novela Avicena o la ruta de Isfahán de Gilbert Sinoué narra desde una perspectiva humana la biografía de Avicena con sus pasiones y sabiduría.

FUENTES:

– Avicena. Cambridge University Press. 2001-2020.
– Cremonensi, Gerardo. Canon medicinae (latine) Parte I. Universidad Complutense de Madrd. Online. Versión 2011-08-24 18:27 UTC.
– Cruz Hernández, Miguel. El poema de Avicena sobre el alma..   Portal de revistas de la Universidad de Granada.
– Enciclopedia de Filosofía de Stanford. Ibn Sina [Avicena]. Publicado por primera vez el jueves 15 de septiembre de 2016. Consultado el 3 dic. 2020.
– Khaleel Shaikh. Occidente tiene una deuda con el Islam: entrevista con el profesor Glen Cooper. Fundación para la Ciencia, la Tecnología y la Civilización, Reino Unido (FSTCUK). 2017. Consultado el 3 dic. 2020.
– López Farjeat, Luis Xavier. Avicena. Philosophica: Enciclopedia filosófica on line. ISSN 2035-8326
– Muslim Heritage. Avicena. 2007.
– Ramón Guerrero, Rafael (1990). Metafísica y profecía en Avicena. Anales Del Seminario De Historia De La Filosofía, 8, 87. Universidad Complutense de Madrid.
– Saleem, Azizullah y Othman, Raihan (2011.) La contribución de Ibn Ishaq al-Kindi a la luz, la óptica y la criptología. En: Contribuciones de los primeros científicos musulmanes a las ciencias de la ingeniería y estudios relacionados. IIUM Press, Kuala Lumpur, págs. 91-94. ISBN 978-967-418-157-4.
– UNESCO. Avicena y la ética de la ciencia y la tecnología hoy en día. 2004.
– UNESCO. El Correo Avicena.. 2004.
– UNESDOC.
– Vázquez de Benito, María de la Concepción y Vidal Castro, Francisco (coord). La medicina árabe. Aportaciones del Islam a la civilización occidental. LA DEUDA OLVIDADA DE OCCIDENTE. Editorial Centro de Estudios Ramón Areces. Madrid. Depósito legal: M.34.257-2004.
– Víctor Moreno, María E. Ramírez, Cristian de la Oliva, Estrella Moreno y otros. Biografía de Avicena. Buscabiografias.com. Publicación: 2000/03/10. Última actualización: 2020/07/30. Consultada el 1/12/2020
– WIKIPEDIA
– WIKIWAND. Avicena.
– WIKIWAND. El canon de medicina.
– WIKIWAND. El libro de la curación.

Canon de Ibn Sina (Avicena).
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Avicena en un texto de 1271
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Canon de Ibn Sina (Avicena).
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Ilustración del patrón arterial del cuerpo humano y las vísceras abdominales por Avicena en el Canon de Medicina. Imagen disponible en Internet, cortesía de código abierto de la biblioteca de Wellcome.
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Auicennae Liber canonis; De medicinis cordialibus. Versión 2020-04-03 10:47 UTC.
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La decoración inicial y la invocación a Allah de un manuscrito del siglo XVI del Canon de Avicena (Yale, Medical Historical Library, Cushing árabe ms. 5, copiado en 1006 H./1597-98 A.D.)
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Sello conmemorativo del nacimiento de Avicena. Unión Soviética 1980.
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