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Balansiya, la Valencia musulmana de al-Andalus

Balansiya. La medina y los arrabales.

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Escuela andalusí (madraza) de Granada, las de Valencia las destruyeron todas.

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Pintura anónima del Palacio del Real de Valencia. Su origen se encuentra en el siglo XI en una finca de recreo o almunia musulmana, de los reyes de la Taifa de Valencia, donde se retiraban para descansar. Se encontraba situado extramuros de la ciudad, al lado izquierdo del río Turia. Fue mandada construir para descanso del rey Abd al Aziz. El arabista Henri Pérès describe el Palacio como una Alhambra primigenia del siglo XI. (Wikipedia).

Al pasear por Valencia, son tan pocos los restos arquitectónicos de la época islámica, que el paseante, no puede imaginar que la ciudad fuera, durante siglos, importante centro de esta cultura. Y sin embargo Valencia, denominada Balansiya o Medina at-Turab, estaba completamente islamizada cuando Jaime I la ocupó en 1238.

Pero, de los muchos baños árabes que tuvo la ciudad (en el Llibre del Repartiment se mencionan 15) sólo quedan los de ‘Abd al-Malik, conocidos ahora como del Almirante y que por cierto estuvieron en uso hasta hace 60 años. En la actualidad han sufrido una profunda restauración.

Las escuelas desaparecieron todas.

Palacios, Mezquitas, Fortalezas…

Fue durante el taifato valenciano, cuando numerosos e importantes personajes del partido amirí, aportando grandes sumas de dinero, establecieron sus moradas en Balansiya, y la transformaron rápidamente en una de las ciudades más importantes de la Península.

En el año 1021, fue nombrado el primer soberano de la historia de Valencia, se llamaba Àbd al-Àziz ben’Abd ar-Rahman al-Nasir ben Abí Amir y tenía 15 años. Durante los 40 años de su gobierno se vivió una de las épocas más tranquilas y prósperas.

La ciudad fue dotada de unas fortificaciones tan eficaces que el geógrafo al-Udrí, quién visitó Balansiya en esa época, escribió que: era la obra defensiva más perfecta de toda la España musulmana.

En el siglo IX, sabemos que Balansiya tenía cuatro puertas de acceso a la medina porque nos lo dice el médico y geógrafo persa ar-Rází, aunque no proporciona la ubicación. Posteriormente, a mediados del siglo XI, serán siete las puertas de Balansiya.

Las murallas y torres envolvían un abigarrado caserío típicamente musulmán, con su laberinto de calles, callejuelas, azucacs y placitas entre las que la Ÿama’a constituía el corazón pues allí estaba el alcázar o palacio real y la mezquita mayor donde se daban a conocer al pueblo las decisiones más importantes.

Floreció la agricultura, la industria, el comercio…

Toda Balansiya era un Zoco. Además de los habituales mercados cuyos puestos de venta se extendían por placitas y a lo largo de muchas calles, también se celebraban otros zocos de carácter semanal, en los puntos de salida y entrada en la ciudad, que no tomaban el nombre de la puerta sino del día de la semana en que tenían lugar.

Proliferaron palacios y mezquitas, medrasas (de madrasa, escuela), baños y mercados.

El actual monasterio de la Puridad, situado en la calle a la que da nombre, inmediata a la plaza de Manises, era la residencia de Aben Sad Mardanish, el que fuera el rey de casi toda la Sharquía (parte oriental de al-Andalus).

Luego perteneció al sayyid Abú Zayd y finalmente lo habitó Jaime I como alcázar menor, cediéndolo más tarde a la Cofradía de San Jaime. De ahí pasó a las actuales poseedoras, las monjas de la Puridad o clarisas.

El Palacio de los Marqueses de Dos Aguas, donde se encuentra ubicado el Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias, pudo ser otras de las residencias de Aben Sad, (el famoso rey Lobo), cuando venía por Valencia, ya que la capital de sus estados quedó fijada en Murcia. Por referencias sobre la cercana Mezquita (hoy iglesia de San Juan de la Cruz) estaba dicho palacio allí o inmediato, pero debido a la prestancia del actual Museo, aun antes de sus sucesivas e importantes transformaciones, cabe pensar que fuera el mismo. Seguridad no la hay.

El Almodí se levantó sobre el solar de otra casa-palacio que ocupaba como ahora el actual edificio, toda la manzana.

De la Casa de la Ciudad queda el solar. Se trata de los jardincillos que están junto al Palau de la Generalitat. El edificio era mucho más grande porque ocupaba también parte de la calle de Caballeros que linda con dichos jardines.

La vía describía allí una curva y sólo se trazó recta, como ahora la vemos, al ser demolida la hermosa Casa de la Ciudad que abarcaba toda una manzana y que por cierto tenía dos torres en la parte recayente a la calle Reloj Viejo, que la separaba de la Generalitat. Había sido levantada sobre una casa-palacio de la época musulmana, adquiriéndose otras viviendas vecinas para proporcionar mayor amplitud a la obra.

Con el aumento de la población que originaba su creciente grandeza fueron desarrollándose populosos arrabales (ar-rabad es barriada extramuros) como as-Shari’a (Eixerea tras la conquista cristiana), que estaba junto a la plaza de Tetuán; Boatella, por el actual Mercado Central; al-Kudia, por el Tossal; Roters, por el Carmen. En la otra parte del río, al-Ÿadida (la Nueva), desde la calle Alboraya hacia el principio de la Alameda; al-Kudia exterior, desde la calle Sagunto hacia Zaidía y, lindando con esta Marshiliana, actual Marxalenes.

Algo más retirada, dirección sur, Raiosa, por San Vicente de la Roqueta; los dos Petrairal-Fauqía, el de arriba y as-Sifilia, el de abajo, que conformaron Patraix. Más distanciadas decenas de coras, plural de cora (del ár. kūrah), caseríos y no simples alquerías según la aceptación que se da actualmente a esta palabra.

Los arrabales, barriadas y aldeas totalizaban una población superior a la de la misma ciudad.

Extractos de «LA VALENCIA MUSULMANA» de Vicente Coscollá – Carena editors.

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Reproducción casas islámicas de Balansiya. siglo XI. Según excavaciones realizadas por el Servicio de Investigación Arqueológica Municipal (SIAM).

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Galería del Tossal: Restos musealizados de una torre y lienzo de la muralla islámica del siglo XII.

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Toda Balansiya era un gran zoco. También se celebraban otros zocos de carácter semanal, en los puntos de salida y entrada en la ciudad.

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Escuela andalusí (madrasa) de Granada, las de Valencia las destruyeron todas.

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