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Escuela andalusí (madraza) de Granada, las de Valencia las destruyeron todas.
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Reproducción casas islámicas de Balansiya. siglo XI. Según excavaciones realizadas por el Servicio de Investigación Arqueológica Municipal (SIAM).
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La Mezquita Mayor de Valencia: al ŷāmiʻ (o aljama), se erigió en el siglo VIII y estuvo en uso hasta el siglo XIII. La información que de ella tenemos es gracias a las fuentes escritas, porque a nivel arqueológico esta construcción es «una gran desconocida» por la escasez de excavaciones, como muy bien declaró, en 2012, Albert Ribera, jefe del servicio municipal de arqueología (SIAM) de Valencia. Hace años, en la reforma del Palacio Arzobispal, los arqueólogos se toparon con un arco de yeso que podría atribuirse a la antigua mezquita.
Suele asumirse demasiado pronto que la antigua catedral visigótica se transformó en mezquita aljama. Sin embargo, deberíamos ser prudentes a este respecto, porque en época de Jaime I el solar del viejo templo era una gran plaza. La mezquita del siglo XIII se encuentra bajo la actual catedral, unos metros más al sudeste, siendo extraño que se trasladara un edificio religioso en vez de ampliarse sobre sí mismo. Una posible explicación es que levantaron un oratorio musulmán en algún solar próximo porque durante la época musulmana valenciana se respetó el culto cristiano.
La vieja catedral debía parecerse al templo excavado en el Tolmo de Minateda, Hellín (Abad Casal, Gamo Parras, Gutiérrez Lloret, 2004) y estaría en ruinas en el momento en que se comienza la reconstrucción de la ciudad, hacia el siglo IX o X, aprovechándose para otro uso. Su posición en el extremo sudeste del recinto y, sobre todo, la evidente continuidad entre el transepto y la calle principal de época califal, sugiere que pudiera haberse utilizado, total o parcialmente, con funciones militares y como primer recinto de acceso al Alcázar.
No existe una conquista bélica de Valencia por parte de los musulmanes, ya que tras unas escaramuzas, Agrescio, su gobernador godo, capitula firmando un pacto de paz y concordia. El pacto garantizaba la pluralidad lingüística, la libertad religiosa, que todos los habitantes podían seguir viviendo en sus casas, más el respeto para su organización jurídica y administrativa. Estos pactos eran una cosa normal en la época y bastante frecuente. La ciudad es incorporada al Valiato de al-Ándalus, dependiente del Califato de Damasco, y tras este, al de Córdoba.
El pacto fue respetado, todavía se conservan documentos bilingües de la época, y en relación a la libertad religiosa, por ejemplo, tenemos constancia de que la iglesia de San Vicente de la Roqueta permaneció abierta al culto cristiano ininterrumpidamente durante los cinco siglos de la época musulmana valenciana. Está documentado que en pleno siglo XII existía una comunidad mozárabe en torno a la iglesia de San Vicente de la Roqueta de Valencia y no era la única porque Fray Felipe Colombo, autor de un resumen de la vida de San Pedro Pascual (Balansiya 1227), publicación del año 1704, menciona la iglesia de San Bartolomé, a donde debían acudir los cristianos que residían entre los musulmanes y que fueron llamados “rebatines”, los cuales habitaban en el barrio inmediato a San Bartolomé; la familia Pedro Pascual vivió no lejos del Portal de la Valldigna, en la demarcación territorial de la antigua parroquia de San Bartolomé, a la que pertenecía, y que estaba enclavada en la actual calle de Serranos.
Con la llegada al poder de Abd al Raman I tras constituirse Córdoba en un emirato independiente del califato de Bagdad en el año 756, Valencia pasa a ser una medina de mayoria musulmana, ya que gran parte de la población valenciana reniega de su fe cristiana y abraza el islam. La medina, en principio, recibió por parte de los geógrafos musulmanes el nombre de Madînat al-Turâb, ciudad de tierra. Denominación aún vigente en los siglos X-XI. Posteriormente, se le dio el topónimo que ya recibía el territorio comprendido entre el río Millars y las montañas de Alcoi: Balansiya.
Está documentado que en el año 797, `Abd Allâh, príncipe omeya andalusí hijo de ʿAbd al-Raḥmān I y hermano del emir Hisham I, se instaló entre la población amazigh de Balansiya tras participar en disputas familiares por la sucesión y desacuerdos en la gobernabilidad del emirato. En el 800-8003, se reconcilia con su sobrino el emir al-Hakam I, y este le otorga una cómoda pensión y muy probablemente una especie de gobierno autónomo de la cora de Balansya. Desde entonces será conocido como al-Balansī (el Valenciano): ʿAbd Allāh b. ʿAbd al-Raḥmān ben Mu’awiya al-Balansī.
A partir de mediados del siglo IX, la medîna ofrece cierto nivel de actividad. Su población mayoritaria seguía siendo de origen tamazigh. A lo largo del siglo X Balansiya empieza a adquirir cierto relieve urbano. Hacia el año 950 (339 h.) Valencia alcanzó el rango de capital regional de la recién establecida zona levantina denominada Šarq al-Ándalus. Valencia se coloca en primera fila junto a Córdoba y Sevilla como una de las tres más importantes urbes de la península. Los gobernadores harán de ella su residencia habitual –pese a las obvias ventajas defensivas de Šâtiba– y mandarán edificar una sede gubernativa: el qasr o alcázar, cuya existencia es mencionada explícitamente a inicios del siglo XI.
La edificación del alcázar se relaciona con la reorganización de la antigua zona episcopal, empezada ya a fines del siglo IX; de hecho, una de las capillas de la antigua catedral visigótica es transformada en baño, vinculado posiblemente al complejo palatino. También ahora se construye, en las inmediaciones del alcázar, un zoco formado por pequeñas tiendas alineadas (Torró 2009).
El repentino desplome del aparato de poder califal, acaecido tras la deposición de Hišâm II en 1009, permitirá que Balansiya pase a convertirse en la capital de un emirato autónomo. En los siglos XI y XII, adquiere un desarrollo social, económico, cultural, y arquitectónico, que situará a la medina de Valencia en una posición inmejorable. A partir de principios del siglo XI, Balansiya es una ciudad populosa y desarrollada, capital de un reino de taifa. La medina se protegió con una muralla para dar cabida a los barrios que fueron desarrollándose, pero que pronto se vio superada ante la creación de arrabales fuera de ella. Una ciudad imponente, rodeada por su muralla, llegando a tener más de diez mezquitas de relativa importancia, alhóndigas, alcaicerías, un almudín, ocho cementerios, zocos, palacios, bibliotecas, nada menos que quince baños, una importantísima escuela de traductores, otra de medicina…
La mezquita mayor o mezquita aljama (masŷid ŷāmiʿ; árabe: مسجد جامع), era el eje sobre el cual se articulaba la vida de la ciudad, el soporte material de la justicia y sede del “cadí”. En torno a ella se desarrollaba la actividad comercial con sus zocos (mercados), y establecimientos de todo tipo. También era el lugar donde se enseñaba el “Corán”, la “Sunna” y la ciencia por excelencia.
La vida religiosa en Balansiya se organizaba en torno a mezquitas de barrio bajo la preeminencia de la mezquita aljama. La mezquita era el lugar donde los hombres acudían a rezar y era sitio de reunión por antonomasia.
Desde su púlpito o “mimbar”, no solo el líder espiritual da los sermones (khutbah خطبه ) de los viernes, igualmente el gobernador, el portavoz y delegado del príncipe se dirige al pueblo cuando lo cree oportuno. Se leen los nombramientos, los bandos relacionados con los impuestos y los asuntos militares, etc., y se informa a los ciudadanos de todas las cuestiones o mensajes de interés público.
Es decir, la Mezquita Mayor, además de estructurar el componente religioso islámico valenciano, también representaba el centro intelectual y jurídico de Valencia. En su interior, se reunía el Tribunal de las Aguas, fundado en el siglo X, y que fue trasladado al exterior cuando la mezquita se convirtió en iglesia.
Esta mezquita mayor (al ŷāmiʻ o aljama), ocuparía parte de la actual catedral y como en el siglo XIV, estaría rodeada por cuatro zocos situados en plazas aledañas (PERTEGAS, R. “La urbe valenciana”. Pp. 319 ). Efectivamente, se sabe que estaba rodeada por cuatro plazas, plazas que en el siglo XIV recibían los nombres de las Coles, las Gallinas, la Leña y la Almoyna, y en las cuales se podían encontrar varios zocos. Debía estar situada junto al alcázar, en su lado oeste.
En cuanto a su fecha exacta de construcción, hoy por hoy, es muy difícil precisarla, solo se se sabe que ya estaba en funcionamiento en el siglo X, y que hubo remodelaciones y reconstrucciones posteriores.
Debió de estar orientada su qibla hacia el Sur, algo bastante habitual en las mezquitas construidas en la vieja Al-Andalus, y más si en esta construcción intervino un alfaquí.
Contaría también la mezquita con un alminar, una torre desde donde el almuédano convocaba a los fieles a la oración cinco veces al día, al igual que dispondría de un patio llamado shan (صحن), donde se encontraba la fuente de las abluciones, donde los creyentes se purificaban antes de la oración.
Ya en la zona cubierta de la mezquita, el haram, las naves se situarían perpendiculares a la qibla.
El Cid tomó posesión de Balansiya/Valencia el 17 de junio de 1094, la ciudad había capitulado tras un penoso asedio: «la asedio durante un periodo de veinte meses, hasta que entró en ella a viva fuerza, tras sufrir sus gentes en ese plazo lo que una persona de hambre y adversidad no puede soportar, hasta tal punto que una rata llegó (a costar) entre ellos un dinar» (Cfr. IBN AL-KARDABÜS, est. trad. y notas de F. MAÍLLO SALGADO, Madrid, 2ªed. 1993, pág. 127). Ibn al-Abbar, el Libre del Repartiment refiere la existencia de diez mezquitas en el momento de la conquista.
Tras la toma, a pesar de lo acordado en las capitulaciones, ordenó que el râ’is fuese quemado vivo. Los ballesteros cristianos acamparon “alrededor del Alcázar” tras la ocupación de la ciudad y el resto de la gente del Cid se instaló en unas “plazas” entre el Alcázar y la mezquita aljama (Menéndez Pidal, 1906, p. 549). La referencia a las plazas entre el Alcázar y la mezquita parece confirmar la desaparición de los restos de la antigua catedral visigótica y la transformación del supuesto baptisterio en una puerta con torres de piedra, conocida por la documentación del siglo XIII.
Gobernó la ciudad con mano dura y rompió los acuerdos establecidos en la capitulación. (Era costumbre frecuente entre los cristianos ofrecer ciertas garantías a los habitantes de una ciudad a cambio de su rendición para luego romper los acuerdos alcanzados. Así había sucedido, por ejemplo, en la rendición de Toledo). En 1098 el Cid se apropió y reformó la mezquita aljama de Valencia. La convirtió en la catedral de Santa María, y estableció una sede episcopal (con un monje cluniacense francés a su frente) a la que dotó con generosidad. Se conserva el diploma de dotación de la catedral de fines de 1098.
Ibn Idārī recuerda que, ante el empuje almorávide, en 1102 Alfonso VI “salió con todos los cristianos [de Valencia] prendió fuego a la mezquita mayor, al Alcázar y a algunas casas” (Rubio García, 1973, p. 290). Se profanó el pacto de paz, para acabar Valencia arruinada e incendiada, antes de ser evacuada por sus tropas (ANÓNIMO, Dikr Biläd al Andalus, op. cit, p. 73; AL-HIMARY, op. cit, p. 97).
No cabe duda sobre el papel fundamental de las fuentes árabes en la restitución de la historia de Valencia y en valorar el aporte científico y cultural de los valencianos en la civilización andalusí durante los siglos VIII-XIII.
Ibn Al-Abbâr (Valencia, 1199 – Túnez 1260) fue quizás, uno de los personajes más importantes de la época andalusí. Gran escritor, poeta, político, diplomático, y como no, historiador. Gracias a las crónicas de Ibn Al-Abbâr, sabemos que tras volver la ciudad de Balansiya/Valencia a manos almorávides, se construyó un nuevo mihrab.
Su At- Takmila fi kitâb as-Sila es un diccionario biográfico manuscrito que se encuentra en la Biblioteca del Escorial, y gracias a él sabemos que el nuevo mihrab de la Mezquita Mayor se terminó de construir en el año 498/1104-1105, y que la obra fue sufragada y supervisada por el entonces cadí de Balansiya, el doctor ‘Abd Allâ b. Sai‘d al-Wâydi, cuyo nombre permaneció escrito en uno de los lados del mihrab hasta la entrada de las tropas de Jaime I.
Este mihrab (محراب, miḥrāb) respondería con casi toda seguridad a los cánones y gusto de los artesanos almorávides. Ribera, arqueólogo coordinador de la excavación de la Almoina, aseguró que este mihrab miraba a La Meca y se situaba en el lugar donde ahora se levanta la portada románica de la actual Catedral de Valencia.
Como no podía ser de otra forma, ‘Abd Allâ b. Sai‘d al-Wâydi también fue el encargado de la rehabilitación de la mezquita convertida por los cristianos en iglesia, y arrasada según cuentan algunos cronistas por los castellanos al abandonar Doña Jimena la ciudad de Valencia.
Aunque los datos que nos han llegado hoy en día sobre la actividad realizada en la Mezquita Mayor de Valencia es relativamente escasa, si seguimos la crónica de Ibn Al-Abbâr podemos conocer algunos de los nombres que la dirigieron, como por ejemplo el de Abu Muhammad Ayyub b. Muhammad, quien fue cadí de Alzira y director de las oraciones en la Mezquita Mayor de Valencia. También su nieto, quien sabemos falleció en el año 608/1211-1212, de nombre Abu ‘Abd Allah Muhammad fue consejero de la sura de Valencia, y predicador de la Mezquita.
Corán Valenciano (Una hoja del Corán procedente de Valencia España, de finales del año 1100. Archivo de Wikimedia Commons)
De esta época data la copia del Corán, siendo esta copia hermana de otras seis en donde se detecta un estilo propio valenciano, no obstante la mayoría de la escritura fue posteriormente destruida por la Inquisición. Esta copia nos demuestra que existía en la ciudad una escuela de traductores y copistas.
Durante el periodo de crisis post-almorávide y durante el final de las taifas, es decir, durante el gobierno de Ibn Yahhaf, varias fueron las reuniones de notables de la ciudad de Balansiya en la Mezquita Mayor con el fin de elegir a sus gobernantes. De hecho fue en la Mezquita Mayor de Valencia donde el cadí Ibn ‘Abd al-‘Aziz y el último gobernador almorávide de la ciudad, reunieron a los valencianos al desencadenarse la crisis surgida por la autoridad almohade.
Según el historiador árabe Hussein Mones de la Universidad de El Cairo estas fueron las palabras que el rey Zayán dijo a Jaime I en la entrega de las llaves de la ciudad:
«En la ciudad de Valencia conviven musulmanes, gente noble de mi pueblo, junto a cristianos y judíos. Espero que sepa gobernarlos para que continúen viviendo en la misma armonía y para que trabajen esta noble tierra conjuntamente. Aquí, durante mi reinado, salían procesiones de Semana Santa y los cristianos profesaban su religión con toda libertad, ya que nuestro Corán reconoce a Cristo y a la Virgen. Espero que usted conceda el mismo trato a los musulmanes de Valencia.»
Según los datos sobre la capitulación de la ciudad, la Taifa de Balansiya tenía una población compuesta por 120 000 musulmanes, 65 000 cristianos y 2000 judíos.
Tras la toma de Balansiya por Jaime I, el 9 de octubre de 1238 la Aljama, la Mezquita Mayor de Valencia, era consagrada bajo la advocación de la Santísima Virgen y reconvertida en mezquita-catedral, sin embargo, no fue cedido el espacio litúrgico por parte del monarca aragonés al obispo de la ciudad hasta principios de noviembre de 1241. Es curioso que el monarca no cediera el control de la antigua mezquita aljama a la Iglesia porque no olvidemos que el propio rey, el 18 de octubre cede a la Iglesia el control de las iglesias y mezquitas de la ciudad. Circunstancia que se amplia con matices, el día 22 del mismo mes (PILES IBARS; A. Valencia árabe. Pp. 289.).
Hay constancia documental de que hasta décadas después de la conquista cristiana (1238) la mezquita-catedral permaneció en pie –incluso con las sentencias alcoránicas en las paredes-, hasta que finalmente el 22 de junio de 1262 fray Andreu d’Albalat resolvió derribarla y construir en su lugar una catedral, en correspondencia con los planos del arquitecto Arnau Vidal.
Beuter cuenta (de cuento) en su Segundo Libro de la Crónica General de España, y especialmente de Aragón, Cataluña y Valencia cap. XXXXI (año 1551), y que después repetirían otros como Teixidor en sus Antigüedades de Valencia:
Concertó el día señalado ayuntados muchos maestros de casas con sus instrumentos para derribar, vino el rey en procesión hasta la Yglesia Mayor que estaba como la hallara labrada a la morisca y tomando pico en la mano, hecha primeramente oración a Dios, dio el primer golpe para derribar lo que fuera la mezquita y después el obispo puso la primera pedra en lo que avia de ser iglesia…
Nada más lejos de la realidad. La Mezquita Mayor de Valencia fue utilizada como Mezquita-Catedral hasta la construcción de su nueva fábrica en el año 1262.
En el mes de octubre del año 1238, era rector de la Mezquita Ibn Fargalus, cuya casa fue donada por Jaime I a Pelegrinus Çoquer Cesarauguste, es decir, Peregrín Soquer de Zaragoza, junto con un huerto y cuatro jovadas de tierra en Campanar. Ibn Fagalus emigró a Denia, Murcia, y finalmente a Orihuela, donde murió.
Lamentablemente de la que fuera Mezquita Mayor de la esplendorosa ciudad de Balansiya, no queda ningún resto visible. Hay quien afirma que las piedras que sirven de base a la portada románica de la Catedral, de distinto color que el resto de la obra, pudieran ser restos reutilizados de la mezquita. Efectivamente estas basas son de mármol de Buixcarró, un tipo de mármol con un bonito color rosado que se traía desde el término de Barxeta, y que ya se utilizaba desde época romana, pero a pesar de ello, no hay ninguna prueba documental que pueda confirmar que este material perteneció a la Mezquita Mayor de Balansiya.
Entre los años 1941 y 1946, el arquitecto castellonense Vicente Traver Tomás levantaba de nuevo el Palacio Arzobispal de Valencia, el cual fue incendiado y arruinado durante la Guerra Civil, conservándose solo algunas partes de su construcción primitiva, como el patio o la capilla. Durante las obras de cimentación realizadas, se encontró además de varios restos de cerámica musulmana, un trozo de yesería que formaría parte de un arco lobulado con ornamentaciones de estilo almohade, el cual afirmaba el historiador Felipe Mateu Llopis en su trabajo Hallazgos arqueológicos en la plaza de la Almoyna en la ciudad de Valencia, podrían pertenecer a la Mezquita Mayor antes de ser consagrada como iglesia en tiempos de Jaime I.
Gracias al Llibre de Repartiment, sabemos que justo enfrente de la Mezquita Mayor de Valencia se encontraban las casas de Hozeyn Abingebit, dadas a Bertrandus de Turolio, Bertrán de Teruel. Resulta curioso que tan solo en esta donación, sea mencionada la misquitam Majorem de Balansiya. El Llibre del Repartiment supone un valioso documento para establecer la topografía urbana de la Valencia árabe en el momento de la conquista cristiana. Nombres de calles, barrios, atzucachs, edificios singulares, propiedades de personajes insignes, etc. se suceden a lo largo de todo el texto.
Además de la Mezquita Mayor de Balansiya, en la ciudad existieron, al menos, otras diez mezquitas de relativa importancia. En la actual iglesia de Santa Catalina, se encontraba la mezquita de Rahbat al-Qadi, nombre que los cristianos tradujeron por Rahbatolcadi, plaza del Alcaide. De nuevo gracias a Ibn Al-Abbâr, sabemos que se hizo cargo de la predicación Hamdun Ibn-an Mucallim durante los años 1095 y 1096, ya que El Cid había consagrado la Mezquita Mayor como iglesia. De ella no queda actualmente nada. Quizás algún trozo de muro y algunos materiales reutilizados.
Otra de las mezquitas era de la Al-Galaba, muy cerca del Almudín, y que correspondería a la actual iglesia de San Esteban. Durante la breve estancia de Rodrigo Díaz de Vivar en Valencia, según cuenta Beuter, fue consagrada como iglesia a Nuestra Señora de las Virtudes. En esta mezquita predicó Muhammad b. Sufyan a principios del siglo XII.
La siguiente mezquita que se encontraba en Balansiya era la de Báb al-Qantara, y correspondería con la actual iglesia de San Lorenzo. Abu ‘Abd Allah Muhammad b.Yacfar al-Qurtubí fue el encargado de la oración en esta mezquita durante los años 1122 y 1123.
En cuanto a la mezquita de Ibn Aysún se encontraba en el lugar que ocupaba la iglesia de San Bartolomé. Se encontraba junto a la puerta de Al-Qantara, y según las crónicas árabes fue construida por ‘Ubayd Allah, un hombre de alto poder económico descendiente de Ibn Aysun.
Otra de las mezquitas de la ciudad de Balansiya era la conocida con el nombre de Az-Zuqaq, y correspondería con la actual iglesia de San Salvador.
Cercanas a la plaza del Tossal existieron hasta dos mezquitas. Una de ellas fue integrada en el monasterio de Santa Isabel de Hungría, y la otra fue consagrada como iglesia en el año 1245, aunque bien es cierto que volvió a ser mezquita, llamada de la Morería, con el objetivo de dar servicio a los musulmanes que optaron por seguir residiendo en Valencia tras la conquista cristiana. Nuevamente y tras ser asaltada la Morería en el año 1521, la mezquita fue purificada y consagrada bajo la advocación de San Miguel y San Dionisio. Esta fue la última mezquita que tuvo la ciudad de Valencia.
También fue mezquita la iglesia de Santo Tomás, hoy desaparecida, y que se encontraba frente al palacio Arzobispal, en la calle Avellanas esquina a las calles Cavillers y Milagro.
En cuanto a las iglesias de San Nicolás y San Martín, también debieron de ser mezquitas en época musulmana. De la primera se desconoce su nombre, mientras que de la segunda se cree pudo recibir el nombre de Báb Báytala.
Lo mismo ocurre con la actual iglesia de San Juan de la Cruz, sita en la calle Poeta Querol, consagrada el día siguiente de la conquista, el 10 de octubre del año 1238 bajo la advocación de San Andrés.
Además de las mezquitas hasta ahora descritas, Ibn Al-Abbâr cita en su Takmila otra serie de oratorios y templos de los que por el momento ha sido imposible determinar su emplazamiento, y que es posible que en algunos casos estuvieran relacionados con algunas de las iglesias antes vistas y de las que se desconoce cual fue su nombre en época musulmana.
Citaba el historiador musulmán la mezquita de Al-Sayyida o de la Señora, donde el propio padre de Ibn Al-Abbâr fue el encargado de dirigir la oración. También nombraba junto a esta, la mezquita de Al-Sarayib, siendo el encargado de la oración Ibn al Zawq. Otra de las mezquitas nombradas era la de Abu ‘Abd Allah ibn Nu, maestro de Ibn Al-Abbâr, donde también enseñó tradiciones Ibn Fargalus, quién fue rector de la Mezquita Mayor de Balansiya en el momento de la entrada de Jaime I.
También se nombran en la Takmila la mezquita de Al-Hamid, y la mezquita de Al-Gurfa o también llamada Ibn Surunbaq.
Al margen de estas, no debemos olvidar que la ciudad de Balansiya se encontraba regada por infinidad de pequeños templos y oratorios particulares, algunos de ellos nombrados en el Repartiment, como la mezquita Delponti del carrer Metalponti, la de la Chopollella Xopolela, la de Teuba, la de Açaquen, la de Algalcha, la de Abenhamiz.
Después de la conquista cristiana en el año 1238, tras cinco siglos de gobierno islámico, La población de la ciudad de Valencia la formaban, mayoritariamente, musulmanes y cristianos, ambos procedían casi en su totalidad de un mismo origen aunque tenían creencias distintas (Gómez Bayarri 2009). Esperemos que algún día, la documentación y la arqueología puedan arrojar un pequeño rayo de luz que nos muestre como fue el esplendor de la tristemente olvidada Balansiya….
Fuentes:
Corán valenciano, copia hermana de otras seis en donde se detecta un estilo propio valenciano, no obstante la mayoría de la escritura fue posteriormente destruida por la Inquisición. Esta copia nos demuestra que existía en la ciudad una escuela de traductores y copistas.
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Manuscrito valenciano del Corán, siglo XIII, se conoce como el Corán rosa por su tintado papel xativí (de Xátiva, Valencia). Producido para un noble mecenas de Granada o de Valencia. @GettyMuseum.
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Estructuras pertenecientes a un zoco islámico localizadas en el solar de la Almoina. Archivo SIAM
Plano de Balansiya. La Valencia musulmana andalusí. FUENTE DE LA IMAGEN: Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Valencia, Guía del Centro Arqueológico de l’Almoina.
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Ibn Al-Abbâr.
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Partes de la que estaría compuesta la Mezquita Mayor de Balansiya. Web de "Materiales de Historia y Geografía".
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La entrada triunfal en Valencia del rey Jaime I de Aragón. Pintado por Fernando Richart Montesinos en el año 1884. Museo de Bellas Artes de Castellón.
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Manuscrito del archivero de la Catedral, Joan Pahoner, donde aparece el dibujo de la que fue piedra fundacional de la Catedral de Valencia. Imagen del proyecto "traer a la memoria" de Joaquín Berchez.
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