Balansiya, la Valencia musulmana de al-Andalus
Balansiya Hadiqat al-Andalus. Valencia jardín de al-Andalus
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Por la abundancia de sus jardines denominase perfumada de al-Andalus. Su Russafa es tenida como una de las mansiones más deliciosas de la tierra. El sol, al nacer, se mira en la Albufera. En sus talleres se fabrican los artísticos brocados que tanto se estiman en Occidente. Y presta honor a la ciencia de sus sabios, el imperio de sus poetas y el valor de sus guerreros.
(Al-Maqqari, historiador y geógrafo)
Amigos ¿qué tiene el desierto
que se ha impregnado de perfume?
¿qué tienen las cabezas de los jinetes
que caen desfallecidas como ebrias?
¿se ha desmenuzado el almizcle
en el camino del céfiro
o alguien ha pronunciado el nombre de Balansiya (Valencia)?
Amigos, deteneos conmigo
pues hablar de ella trae la frescura del agua
a las entrañas ardientes.
Deteneos de grado y calmad vuestra sed
pues es seguro que vendrá la lluvia
y regará la Russafa y al-ÿisr.
Es mi patria (…) su solar me abrigó como nido.
Allí vestimos la túnica de la juventud (…)
¿Acaso ser la patria de un muchacho
le obliga a amarla mientras viva? (…)
No hay otra tierra como esta, llena de almizcle (…)
Bella como lo mejor de una vida que fue dulce
alegre como lo más hermoso
de una juventud que ya pasó.
Dicen: El Paraíso nos describes
¿y cómo podría ser el Paraíso
en otro mundo? – les contesto:
Balansiya (Valencia) es esa esmeralda
por donde corre un río de perlas
Es una novia cuya belleza
Dios ha creado para darle luego
la juventud eterna.
En Balansiya es constante el fulgor de la mañana
pues el sol juega con el mar y la Albufera (…)
Aunque la mano de la separación
haya extendido entre nosotros
distancias que el viajero tarda un mes en recorrer
Balansiya sigue siendo la perla blanca que me alumbra
por donde quiera que vaya.
¿Quién por su brillo se asemeja más a la luna?
Lugares ya lejanos, cuando pienso en ellos
pienso que ya pasó lo más dulce de la vida (…)
Ar-Russafi (de la traducción de T. Garulo, pero hemos utilizado su nombre de la época «Balansiya» tal y como consta en los textos árabes, en lugar del de Valencia que aparece en la traducción).
Al pasear por Valencia, son tan pocos son los restos arquitectónicos de la época islámica, que el paseante, no puede imaginar que la ciudad fuera, durante siglos, importante centro de esta cultura. Y sin embargo Valencia, denominada Balansiya o Medina at-Turab, estaba completamente islamizada cuando Jaime I la ocupó en 1238.
Fue durante el taifato valenciano, cuando numerosos e importantes personajes del partido amirí, aportando grandes sumas de dinero, establecieron sus moradas en Balansiya, y la transformaron rápidamente en una de las ciudades más importantes de la Península.
En el año 1021, fue nombrado el primer soberano de la historia de Valencia, se llamaba Àbd al-Àziz ben’Abd ar-Rahman al-Nasir ben Abí Amir y tenía 15 años. Durante los 40 años de su gobierno se vivió una de las épocas más tranquilas y prósperas.
La ciudad fue dotada de unas fortificaciones tan eficaces que el geógrafo al-Udrí, quién visitó Balansiya en esa época, escribió que: era la obra defensiva más perfecta de toda la España musulmana.
Las murallas y torres envolvían un abigarrado caserío típicamente musulmán, con su laberinto de calles, callejuelas, azucacs y placitas entre las que la Ÿama’a constituía el corazón pues allí estaba el alcázar o palacio real y la mezquita mayor donde se daban a conocer al pueblo las decisiones más importantes.
Con el aumento de la población que originaba su creciente grandeza fueron desarrollándose populosos arrabales (ar-rabad es barriada extramuros)
Los arrabales, barriadas y aldeas totalizaban una población superior a la de la misma ciudad.
Proliferaron palacios y mezquitas, medrasas (de madrasa, escuela), baños y mercados.
De los muchos baños árabes que tuvo la ciudad (en el Llibre del Repartiment se mencionan 15) sólo quedan los de ‘Abd al-Malik, conocidos ahora como del Almirante y que por cierto estuvieron en uso hasta hace 60 años. En la actualidad han sufrido una profunda restauración.
Las escuelas desaparecieron todas.
En al-Ÿadida se hizo construir el rey una magnífica munya (residencia campestre rodeada de jardines y fuentes). Imitado por las familias pudientes pronto se llenaron los alrededores de Valencia de preciosas quintas de recreo.
Los poetas de aquel tiempo dejaron constancia de bellos parques entre los que Russafa conservaba todavía su esplendor no obstante haber transcurrido 200 años desde que erigiera allí su munya el gobernador ‘Abd Al-láh al Balansí (el Valenciano), hijo de ‘Abd ar-Rahman I, en recuerdo de la Russafa cordobesa donde había transcurrido su niñez y evocadora esta a su vez de aquella otra que sus antepasados, los califas Umayya, poseían en Siria, cuando su imperio se extendía desde la India al Atlántico.
Los Jardines del Real son los de la munya de ‘Abd al-Aziz, engrandecida y transformada luego de la ocupación cristiana en el Palacio Real (de ahí el nombre de los jardines) subsistiendo el noble edificio hasta la guerra de la Independencia cuando, ante el avance del ejercito francés fue demolido para evitar que sirviese de fortaleza a los atacantes. Trasladados los materiales útiles al interior de la ciudad, los despojos, amontonados, formaron la actual muntanyeta del general Elío, en el extremo oriental de los jardines.
La Zaidía o Saïdia era la munya de Aben Sad y concedida por Jaime I, tras la conquista, a su tercera mujer Teresa Gil de Vidaure, creó ésta allí mismo el monasterio Gratia Dei, que fue demolido sobre 1960.
La munya de Russafa dio nombre al poblado, hoy populosa barriada de Valencia, pero no se conoce con precisión el lugar en que tuvo su emplazamiento. ¿quizá lo que hoy es el mercado?.
Toda la parte oriental de la actual plaza del Ayuntamiento estaba ocupada por la munya del sayyid Abú Zayd, último gobernador almohade de Valencia, biznieto del califa al-Mu’amín. Existe un documento por el que, apenas conquistada Valencia, el rey Jaime concedió a la orden franciscana unos terrenos para que pudieran levantar un monasterio…. 85 por 55 brazas, en el palacio de Abú Zayd. La braza medía 1.37 metros.
Quizá este espacio correspondiera a una parte de los jardines y no al edificio. El monasterio allí levantado subsistió hasta después de 1860 en que fue demolido el cuartel de caballería e infantería en que había venido a parar el precioso monumento.
Hadiqat, y también Bustán al-Andalus, llamaron a Valencia. Esto es: Jardín de la España Musulmana.
Extractos de «LA VALENCIA MUSULMANA» de Vicente Coscollá – Carena editors.
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Escuela andalusí (madrasa) de Granada, las de Valencia las destruyeron todas.
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