Cerrado por vacaciones. ABRIMOS EL 2 DE ABRIL.

Seda valenciana bordada.

Balansiya, la Valencia musulmana de al-Andalus

Balansiya: comercio y puerto fluvial andalusí

Plano de Balansiya, la Valencia andalusí.
FUENTE DE LA IMAGEN: Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Valencia, Guía del Centro Arqueológico de l’Almoina. José Ferrandis y jdiezarnal.com.

Pulse en la imagen para ampliarla

Pulse en la imagen para ampliarla

Pulse en la imagen para ampliarla

Si bien la agricultura de Balansiya, a lo largo de toda la época musulmana fue la más importante de las actividades, no fue la única. La tierra rendía mucho porque además de esa correcta distribución del preciado líquido, estaba muy bien trabajada y disponía del necesario abono orgánico procedente de la abundante ganadería. Además se perfeccionaron continuamente los métodos de cultivo importando al mismo tiempo y aclimatando plantas hasta entonces aquí desconocidas. Se escribieron tratados de Botánica y Agricultura, pero también de medicina donde se estudiaban las propiedades de cada producto desde el punto de vista alimenticio y su aprovechamiento para fines farmacéuticos. Se investigó mucho en el área de los injertos con el fin de mejorar tamaño y calidad de las especies e incluso buscando la obtención de variedades distintas.

También la industria alcanzó un alto nivel destacando: La cerámica, de excelente calidad, base de la actual industria ceramista de la Comunidad Valenciana. El papel que se elaboraba en Xátiva, de tan excelente calidad que era exportado a todo el mundo islámico de la época. Hoy, cuando en una biblioteca de París, Nueva York, Londres o Fez te muestran con orgullo una joya del libro medieval, puedes escuchar: «Este manuscrito es de papel xatibí». Y la producción de tejidos de riquísimas sedas.

Necesariamente el comercio interior y exterior tenía que resultar activo. Tanto el interior, que abastecía el consumo de la población, como el exterior dedicado principalmente a la exportación.

Respecto al primero, podría decirse que toda Balansiya era un Zoco. Además de los habituales mercados cuyos puestos de venta se extendían por placitas y a lo largo de muchas calles, también se celebraban otros zocos de carácter semanal, en los puntos de salida y entrada en la ciudad, que no tomaban el nombre de la puerta sino del día de la semana en que tenían lugar. Esto sucedía igualmente en las zonas de la huerta más alejadas, que, por comodidad celebraban sus mercados propios para no tener que desplazarse hasta Balansiya.

El comercio exterior adquirió un gran volumen porque se importaba aquello de que se carecía en una ciudad rica y exigente, así como la materia prima para algunas de sus industrias. Y se exportaban grandes cantidades de productos agrícolas como arroz, azúcar, higos secos, pasas, miel… además del papel, la seda y la cerámica, claro. Cerámica que, al menos al más delicada, se embalaba con algas de las que el mar, tras un temporal, arrojaba a la costa. Algas a las que por cierto se daba otra aplicación que no debemos subvalorar porque entonces no se disfrutaba de los adelantos químicos actuales. Esparcidas por debajo de las camas ahuyentaban chinches y otros parásitos.

Las ricas manufacturas que salían de manos artesanas también constituían un capítulo importante de la exportación.

El transporte de las mercancías se hacía a lomos de caballerías cuando se trataba de tierra adentro, reinos peninsulares musulmanes o cristianos. Pero también se comerciaba con países o zonas costeras y entonces se utilizaba, lógicamente, la vía marítima.

Los barcos subían por el río y el puerto era importante. Esto podría resultar poco creíble de no saber que lo dijo alguien que visitó Balansiya varias veces en el siglo XI y que adquirió fama de serio. Nos referimos al geógrafo e historiador al-‘Udrí y habiéndolo escrito él, nosotros lo aceptamos.

Otra cosa debemos señalar y es que en el siglo XIII ya no debía existir porque nadie se hace eco del mismo y que sin duda la cantidad de agua que llevaba el Guadalaviar había disminuido posiblemente por las cada vez mayores necesidades de la creciente huerta. Recordemos que cuando en abril de 1238 Jaime I cruza el río pasa asediar Balansiya lo hace por un vado que existía no lejos del Grao. Aceptando que en aquellos momentos bajase poca agua, induce a pensar que, de todas formas, el río ya no debía ser navegable.

Extractos de «LA VALENCIA MUSULMANA» de Vicente Coscollá – Carena editors.

Ilustración de la obra: Islamic sciencie: an ilustrated study, Seyyed Hossein Nasr; photographs by Roland Michaud. Ist. ed., World of Islamic Festival Publising, cop. 1976.
Ilustración tomada de la obra: Islamic sciencie: an ilustrated study, Seyyed Hossein Nasr; photographs by Roland Michaud. Ist. ed., World of Islamic Festival Publising, cop. 1976, ISBN 0-90535-02-X

Pulse en la imagen para ampliarla

Pulse en la imagen para ampliarla

Pulse en la imagen para ampliarla

Pulse en la imagen para ampliarla

Pulse en la imagen para ampliarla

Pulse en la imagen para ampliarla

Cultura:

Twitter
Facebook